El hecho ocurrió en Aracruz, Espíritu Santo en el este de Brasil durante unas festividades. Magno Sergio Gomes tenía 46 años, era padre de tres hijos y perdió la vida después de ingerir uno de los peces más venenosos del mundo: el pez globo.
Lo acompañaron con jugo de limón, creyendo que estaban a punto de disfrutar de un manjar exquisito. Sin embargo, menos de una hora después de su festín, ambos hombres comenzaron a experimentar síntomas alarmantes.
La historia de Magno Sergio Gomes sirve como una dolorosa advertencia sobre los riesgos involucrados en el consumo de peces globo y destaca la importancia de la conciencia y la educación sobre la seguridad alimentaria, especialmente cuando se trata de delicias culinarias potencialmente mortales.
La hermana de Gomes, Myrian Lopes, compartió los angustiantes detalles de lo sucedido. Gomes comenzó a sentir adormecimiento en la boca, lo que los llevó rápidamente al hospital. En el camino, su condición empeoró, y al llegar al hospital, su boca estaba aún más adormecida, acompañada de malestar. Trágicamente, Gomes sufrió un paro cardíaco que duró ocho minutos.
A pesar de los esfuerzos médicos, Gomes fue intubado y colocado en soporte vital, pero lamentablemente, no logró recuperarse y falleció el sábado. Los médicos atribuyeron su muerte a la rápida propagación del veneno a su cabeza, lo que provocó convulsiones severas y afectó irreparablemente su cerebro.
El amigo de Gomes, aunque logró sobrevivir a la experiencia, no salió ileso. Se enfrenta a dificultades en las piernas, lo que plantea preguntas sobre la variabilidad en la toxicidad del pez o las diferencias en la preparación entre los dos hombres. No está claro si este amigo fue quien regaló el pez globo a Gomes.
Los peces globo, conocidos científicamente como Tetraodontidae, son notorios por contener toxinas mortales como la tetrodotoxina (TTX) y/o saxitoxina. Estas sustancias, catalogadas como venenos del sistema nervioso central, superan en letalidad al cianuro./Con información de redes sociales.