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Conozca la historia de ‘Cachapas La Cumbre’ que conquista paladares

Con el paso de los años y el trabajo constante, Gabriel Martínez se ha ganado un espacio en la ciudad, gracias a su propuesta de comida típica venezolana.

Este soñador decidió cambiar el rumbo de sus vida, motivado por un suceso que marcó un punto de inflexión irrevocable. “La pérdida de mi hija me proporcionó la fuerza necesaria para construir un futuro mejor para nuestros hijos restantes”, cuenta con nostalgia Gabriel Ernesto Martínez.

La travesía hacia este nuevo comienzo los trajo a Bucaramanga, una ciudad que los recibió con los brazos abiertos. Comenzó con la venta de gelatinas que él mismo elaboraba y distribuía en los colegios, para luego incursionar en la venta de salpicón hasta llegar, incluso, a trabajar cargando bultos en un supermercado Fruver. Este recorrido refleja su resiliencia y determinación para cumplir con su proyecto de vida.

Desde trabajar en restaurantes como ayudante de cocina y albergar visiones de emprendimiento desde Venezuela, Gabriel trazó un plan de ahorro que marcó el inicio de su camino hacia la independencia. “Un amigo me brindó un espacio en su local, acomodándome como podía, con una pequeña plancha, y así empezar a darme a conocer en la comunidad del barrio La Cumbre (Floridablanca)”, recuerda este emprendedor.

No se rindió. Poco a poco adquirió los implementos necesarios, agradeciendo a las personas que se cruzaron en su camino y que lee brindaron apoyo para organizar sus finanzas. Reconoce que, sin esa ayuda crucial, probablemente no hubieran llegado a donde están hoy.

“Quería que los colombianos retornados y nuestros compatriotas venezolanos encontrarán en mi restaurante un pedacito de su tierra, de una manera diferente. Por eso, el menú es principalmente de comida callejera”, añade Martínez.

Después de enfrentar innumerables momentos de angustia, decidió que era hora de construir un legado que trascendiera el dolor pasado. Así nació lo que hoy conocemos como ‘Cachapas La Cumbre’, un restaurante que, con el paso de los años, ha ganado notoriedad en la ciudad gracias a su propuesta de comida típica venezolana. La visión de Gabriel Ernesto comenzó a materializarse en cada plato que ofrecían, convirtiéndose en un rincón donde los sabores de Venezuela se fusionan con la esencia de Bucaramanga.

Una de las peculiaridades de ‘Cachapas La Cumbre’ es su énfasis en la cachapa, un plato que a veces se confunde con la arepa de choclo. Martínez señala con humor que la distinción radica en los quesos de trenza, un toque característico que añade un sabor único a sus creaciones y que también pueden ser acompañadas con cochino frito, chorizo ahumado, carne mechada, jamón o pollo

Además, es esencial destacar que estos quesos, elaborados por emprendedores venezolanos, no solo añaden un toque distintivo a los platos, sino que también representan una colaboración activa con la comunidad venezolana en Bucaramanga.

Este emprendedor se enorgullece de ofrecerles un espacio donde puedan compartir su talento y mantener viva la tradición gastronómica de su país de origen.

En un rincón pintoresco, decorado con retratos de artistas del vecino país, los visitantes no solo tienen la oportunidad de deleitarse con las cachapas. Allí también ofrecen opciones como hamburguesas de chuleta ahumada, pepitos de un metro y, para los más arriesgados, pepitos de un metro y medio.

Es importante destacar que, en sus primeros días, el restaurante se ganó principalmente la preferencia de la comunidad venezolana. Sin embargo, gracias al arduo trabajo y a la calidad inigualable de sus platillos, la clientela ha evolucionado.

Con un brillo de orgullo en los ojos, Gabriel Ernesto comparte: “Hemos conquistado los paladares bumangueses; ahora, el 60 % de nuestros clientes son locales, mientras que el 40 % restante sigue siendo venezolano o retornados”. Esta transformación representa no solo un logro comercial, sino también un testimonio de la aceptación y aprecio que ha ganado en la ciudad.

Oriana Carrillo, colaboradora venezolana de ‘Cachapas La Cumbre’, habla sobre la dinámica del equipo. Comenta que “a pesar de nuestras diferencias culturales, hemos sabido convertirlas en fortalezas. Cada uno de nosotros trae consigo una riqueza de tradiciones, costumbres y perspectivas culturales que en lugar de dejar que estas diferencias nos separen, las hemos utilizado para enriquecer nuestro entorno laboral”. Este enfoque ha permitido que el equipo aprecie y respete sus diferencias, transformándolas en motores que impulsan su rendimiento colectivo.

Dentro de este equipo, existen tres colaboradores colombianos y tres venezolanos que cada día se convierte en una oportunidad para aprender y crecer. Gracias a las diferencias culturales, han logrado un entorno laboral donde se sienten valorados y respetados. En este lugar, la diversidad no es solo celebrada; es cultivada como un elemento esencial para el éxito y la armonía del equipo.

Martínez enfatiza la participación activa de ‘Cachapas La Cumbre’ en eventos y colaboraciones con diversas organizaciones y agencias, como la Casa de la Cultura, Fundación Entre Dos Tierra, Congregación Mariana y Acnur. Han contribuido significativamente en la logística de eventos, demostrando su compromiso continuo en apoyar a la población migrante que llega a la ciudad.

Mirando hacia el futuro, estos emprendedores visionarios tienen planes concretos de abrir su segunda sede, respondiendo a las peticiones y preferencias de sus clientes. Este paso no solo representa un crecimiento empresarial, sino también una expansión por toda Bucaramanga y su área metropolitana.

“Invitamos a quienes aún no han visitado nuestras instalaciones a que vengan y descubran estos deliciosos productos en nuestra dirección, carrera 9E #31-27, barrio La Cumbre”, concluye este emprendedor.

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