La tarde que disfrutaba Eduardo Fiorillo Gerena junto con un primo y una amiga en la quebrada La Lomera, ubicada en la vereda El Aburrido en la zona norte de Bucaramanga, acabó en tragedia, luego de que perdiera la vida en un presunto accidente que todavía es investigado por las autoridades.
De la relajación y el descanso a la desgracia, así fueron los fatídicos momentos que vivieron las personas que junto con Eduardo se encontraban a las 5:31 de la tarde del domingo en ese punto de la quebrada bañándose, entre risas y alegría.
Lo que sucedió, de acuerdo a lo que los acompañantes de Fiorillo Gerena, de 25 años, le explicaron a uniformados de la Policía de Bucaramanga, una vez sucedió el hecho, es que él decidió subirse a una piedra para lanzarse al agua desde una altura considerable, pero una vez entró, ya no volvió a salir.
A medida que pasaban los segundos de aquella tortuosa espera, incrementaba la preocupación de sus acompañantes quienes, después de unos instantes decidieron ingresar a la quebrada para buscarlo, pero lo encontraron demasiado tarde porque ya no tenía signos vitales.
Unidades de la seccional de Investigación Criminal (Sijín) se desplazaron hasta el lugar y adelantaron la inspección técnica así como las entrevistas con los testigos. La causa de muerte preliminar que se tiene del caso es por inmersión, y se presume que fue por un fuerte golpe en la cabeza que tuvo la víctima debajo del agua.
El cuerpo de Eduardo Fiorillo fue trasladado a las instalaciones de Medicina Legal, y en los próximos días los funcionarios de esta entidad serán los que dictaminen qué fue lo que le pasó a este hombre debajo del agua para que muriera ahogado.
Un amante de las motos
Eduardo Fiorillo era un mecánico de motocicletas y durante gran parte de su vida estuvo vinculado a gremios y competencias de este vehículo. Varios amigos y allegados devastados por la pérdida resaltaron su humildad, alegría y amabilidad, así como sus habilidades para conducir y hacer acrobacias en motocicletas.
“El destino nos unió hace más de 12 años, me escogiste para que te arregla tu primer moto, una GP 125, y ahí encaminamos a una muy fuerte y linda relación, te convertiste en mi cliente, mi amigo, mi discípulo y mi mano derecha. Cómo duele tu partida, me quedo con tu energía y gran corazón, un excelente ser humano siempre nos miramos sin envidias y con lealtad”, publicó uno de sus compañeros de trabajo.
