Luego de varias semanas de investigaciones, hombres de la Policía lograron la captura de alias ‘Yanka’, un presunto sicario de un grupo delincuencial, quien estaría vinculado con el asesinato del líder social Carlos Eduardo Rincón Silva, ocurrido en Puerto Wilches, el pasado 19 de agosto.
Contra ‘Yanka’ pesaba una orden de captura por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado, tráfico y porte de armas de fuego.
El crimen
Completamente desprotegido quedó Carlos Eduardo Rincón Silva, un reconocido líder social del municipio de Puerto Wilches que luchaba por los derechos de los trabajadores de las empresas de hidrocarburos en la región.
Debido a las constantes amenazas e intimidaciones de grupos armados, Carlos Rincón contaba con un esquema de seguridad por parte de la Unidad Nacional de Protección UNP, pero 30 días antes de su muerte, sin argumento alguno, se quedó sin protección.
La grave situación que ponía en riesgo su vida, llevó al líder social a interponer una tutela contra la UNP que radicó el pasado 29 de julio en Barrancabermeja.
Carlos vivió varios meses de temor y zozobra
En los argumentos, Rincón señalaba que desde el 10 diciembre de 2021 su nombre y el de su escolta empezó a circular en un panfleto donde los amenazaban de muerte.
Luego, el 9 de enero del 2022, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia lo declararon objetivo militar.
A Carlos lo querían desterrar de Wilches. El 29 de marzo recibió una peligrosa sentencia.
“La próxima va para la puerta de su casa. Tiene 24 horas para irse del pueblo”, fue el mensaje que recibió un día después de que lanzaran una granada a una casa del pueblo.
Un mes después, en abril, le hicieron llegar un pasquín en el que lo amanezaba el ELN.
Pese al miedo, no desistió de su lucha
El miedo que le querían infundir a Carlos no lograba que abandonara su causa social.
Era el presidente de la Bolsa de Empleo AFESAWUIL, donde buscaba garantizar el correcto pago a los trabajadores y denunciaba los despidos injustificados y contratos tercerizados.
Su arriesgada labor fue reconocida por el Juzgado Tercero Promiscuo de Familia y falló en su favor. Le exigía a la UNP garantizarle sus derechos al líder social y a su núcleo familiar para mitigar la materialización de las amenazas.
Pero la UNP no cumplió con lo ordenado, Carlos no tenía escoltas.
Durante la última semana, antes de su muerte, circuló otro panfleto de Las Autodefefensas Gaitanistas con la larga lista de objetivos, entre los que figuraba el nombre de Carlos.
El pasado 19 de agosto, el horror que perseguía a Carlos cumplió con sus sentencias. Lo mataron.
Ocurrió hacia el mediodía, en el antiguo matadero del barrio Villa Pinzón de Wilches.
Hombres armados que iban en una motocicleta le dispararon en varias oportunidades hasta acabar con su existencia.
Aunque la comunidad intentó auxiliarlo y montarlo a una motocarga, ya no había nada que se pudiera hacer por el líder social.