A las 10:50 de la noche, Jorge Enrique Vanegas, de 42 años, caminaba por la calle 33 entre carrera 19 y 20, en el parque Centenario. Era uno más de aquellos ‘noctámbulos’ que vagan por las solitarias y peligrosas calles del centro de la ciudad.
Jorge estaba fumándose un ‘porro’ sin saber que la ‘muerte’ caminaba a sus espaldas. Un sujeto identificado como Alexánder Cristancho lo seguía sigiloso.
Cuando vio que podía atacar de manera certera, le asestó un cuchillo. Lo atacó a traición, por la espalda.
El agresor aligeró su paso logrando escabullirse en la penumbra. Unos cuantos testigos se apiadaron de Jorge y pidieron ayuda.
Una patrulla de la Policía lo trasladó hasta el Hospital Universitario de Santander.
Allí permaneció recibiendo atención médica pero solo resistió unas cuantas horas, a las 5:00 de la madrugada del sábado confirmaron su deceso a las autoridades.
El asesino se entregó de manera voluntaria
Esta redacción pudo conocer que dos horas después de haber fallecido Jorge Vanegas, Alexánder Cristancho se presentó de manera voluntaria ante la Sijin de la Policía. Confesó ser el autor del crimen y además, entregó el arma con la que hirió mortalmente al habitante de calle.
¡Están matando a los ambulantes!
En la última semana dos habitantes de calle han sido asesinados en el área metropolitana; uno en Bucaramanga y otro en Floridablanca.
En lo que va del año, figuran 13 víctimas asesinadas con crudeza en las calles, donde el más mínimo y absurdo motivo; unas monedas, un cigarrillo de droga, un altercado, rencillas, o simplemente la intolerancia, motivada por el desprecio hacia los errabundos, termina en saldos ‘rojos’ que parecen no generar alarma por tratarse de personas que, por diferentes situaciones de la vida acabaron en esa ‘selva urbana’.
Varios de los cadáveres de los habitantes de calle asesinados reposan en las neveras de Medicina Legal a la espera de ser reclamados por algún doliente, otros ni siquiera han sido identificados.