En un especial realizado por Semana, conocimos el tenebroso modo de delinquir de la ‘reina’ de la extorsión sexual: era la jefe de ‘Las maniáticas’.
La historia con sus víctimas, la iniciaban a través de sus redes sociales, la banda fingía un un romance en línea, y terminaba siendo la peor pesadilla para más de 230 personas. Hombres y mujeres, eran engañados a tal punto que llegaban a creer haber haber encontrado con quien establecer relaciones, especialmente sexuales, con la complicidad del anonimato en la web. Pero detrás estaba la red de Las Maniáticas, todas dirigidas por alias la Yeya.
“Te vamos a hacer llegar una sorpresita y en internet te voy a enseñar a ser serio hijueputa. Cronometra 10 minutos por reloj y te vas a dar cuenta que mi palabra si no la dejó caer malparido, te metiste con candela”. Eran el tipo de amenazas que alias ‘la Yeya’ le hacia llegar a sus más de 230 víctimas, en diferentes regiones del país.
Las mujeres y hombres, eran extorsionadas con contenido sexual, en el trabajo periodístico se conoció la historia de dos víctimas, que terminó siendo un horroroso viaje virtual. El contacto con la banda inició en el instante que los dos decidieron hacer parte del mundo de las citas por internet, en donde los perfiles con características sobresalientes y estereotipos perfectos, abundan. Sin saber que hay detrás de la pantalla.
La mujer se dejó tentar por el cuerpo y rostro bonito de un joven que vio en una página de encuentros casuales. Con palabras encantadoras se dejó convencer y cayó en el juego del sexting, que consiste en enviar imágenes o videos con contenido íntimo y sexual a otra persona.
Sin pensar, ni medir las consecuencias, se dejó llevar por las efervescentes insinuaciones que le hacía su enamorado. Así, la víctima, además de entregar su intimidad de manera virtual a un desconocido, le facilitó datos personales que fueron utilizados en su contra; señala que fue su peor pesadilla.
Por su parte el hombre, un joven trabajador que vive en Bucaramanga y reconoce que le gusta navegar por páginas donde se ofrecen servicios eróticos y sexuales, cayó en el mismo juego.
Al igual que ella, el hombre a través de una página, conoció a quien le cambiaría la vida. Una despampanante mujer de predominantes curvas, con quien comenzó a coquetear a diario y a tener conversaciones que traspasaron la barrera de lo sexual.
De a poco la mujer se fue ganando su confianza, y durante dos meses logró, obtener información personal, nombres de amigos, familiares, jefes, sitios preferidos. Sabía todo de él, aunque no se habían visto.
Cuando inocentemente creía haber consolidado la relación, no se imaginaba que lo peor estaría por venir: llamadas y mensajes cargados con groserías, tonos amenazantes, intimidaciones y presión psicológica, que recibía casi a diario para que pagara dinero.
La amenaza era clara, si no lo hacía, colgarían en la red y enviarían a los contactos que inocentemente había entregado todos los videos con contenido sexual que le había enviado. En estas denuncias, que fueron conocidas por SEMANA, se entregan detalles de la tenebrosa forma como mutó la extorsión en la era de las redes sociales y cómo ahora las personas terminan envueltas en peligrosas tramas de seducción, romance, coqueteo sexual y delincuencia, a la vuelta de un clic.
Alias la Yeya
Y con esta planeada forma de extorsión, cerca de 228 personas se encontraban en la misma situación. Todos habían caído en manos de la misma red criminal, conocida como Las Maniáticas, la banda que funcionaba a través de la red, era conformada por cinco mujeres y un hombre, quienes obedecían las órdenes de Wendy Pérez, alias la Yeya, que, según el Gaula de Policía, era considera la Reina de la ciberextorsión.
La mujer reclutaba personal en diferentes regiones del país para que hiciera el cobro de las extorsiones que realizaban sus compinches desde cárceles de Bogotá.
Las extorsiones se hacían con presión psicológica, con material creado por las mujeres. En el caso de las víctimas masculinas, Las Maniáticas hacían fotomontajes en los que los acusaban de pedófilos, depravados y violadores de menores de edad. Alias la Yeya manejaba todo el emporio delictivo desde Bucaramanga. Armaba los falsos perfiles con fotos de hermosas mujeres con los que tendía la trampa en las páginas de encuentros.
Las autoridades se encuentran en alerta por el aumento que viene presentando esta modalidad de crimen cibernético en el país. El año pasado fueron reportados 397 denuncias y este año ya se han recibido 559.