El microtráfico es un negocio turbio en el que, así como se gana buen billete, también se ganan enemigos.
El ‘odio’ que le tendrían a Luis, solo podía finiquitarse de una manera para los sujetos que lo perseguían por la vía al corregimiento ‘El Ocho’, en Puerto Wilches, la tarde del miércoles.
Tenían su objetivo claro, acribillarlo hasta dejarlo sin aliento.
Londoño iba a bordo de su motocicleta en compañía de su mujer sin imaginarse que la mismísima ‘muerte’ iba justo detrás suyo.
En el sector de San Claver los sicarios-que también iban en moto-se acercaron y jalaron el gatillo.
Desataron la ráfaga de tiros contra Jonathan encargándose de que cayera para no levantarse nunca más. Cuando lo vieron muerto en el pavimento aceleraron la máquina y huyeron.
La pareja de Jonathan resultó baleada pero las heridas que sufrió no se comparaban al dolor de ver a su compañero de vida morir de semejante manera. Estaba aturdida, en shock. Devastada.
La Sijin de la Policía del Magdalena Medio acudió al lugar para realizar el levantamiento del cuerpo de Jonathan y llevarlo a Medicina Legal.
¿Por qué lo mataron?
Los familiares de la víctima poco o nada se atrevieron a hablar. No declararon nada sobre los hechos, ni sabían de amenazas o problemas ‘casados’ que tuviera Jonathan.
Las autoridades judiciales tampoco entregaron detalles sobre los posibles móviles del asesinato, pero tendría que ver con retaliaciones entre bandas de microtráfico… Ajuste de cuentas.
