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A la cárcel, los capturados por el homicidio de un comerciante en la vía a Zapatoca

Las cuatro personas sindicadas de asesinar a un comerciante en la vía a Zapatoca durante un hurto, el pasado lunes, fueron enviadas a prisión.

Un juez de control de garantías decidió enviar a la cárcel a los cuatro capturados por el crimen de Fernando Monsalve Romero, asesinado durante un robo en la vía entre Girón y Zapatoca.

Carlos Hernando Jaimes García, Edwin Ferley Buitrago Gómez, Samuel Andrés Santos Toloza y Junior Harvey Zorro Jeréz deberán enfrentar tras las rejas el juicio por estos hechos.

La Fiscalía les imputó cargos por homicidio agravado, hurto calificado y agravado, receptación agravada, porte ilegal de armas de fuego y secuestro simple.

“Las cosas no se pueden quedar así. Ellos (capturados) tienen que decir quién los mandó, porque no fueron ellos solos. Hay alguien más”, manifestó en medio de la tristeza que la embarga, Edilma Vásquez Vásquez, la esposa de Fernando, quien durante 32 años le brindó amor incondicional a Monsalve.

Según el reporte de las autoridades, Monsalve, de 54 años, conducía un camión de estacas cargado con café, pimentón y verduras, por la vía desde Zapatoca.

Su esposa lo acompañaba en la ruta que habría hecho durante los últimos 30 años para ganarse el sustento, trayendo provisiones para vender a Centroabastos, el Norte de Bucaramanga y hasta en Barrancabermeja.

Pero por avaricia ladrones lo interceptaron pasando el puente de Zapatoca, en jurisdicción de la vereda Chocoa, donde se encontró un carro Hyundai blanco parqueado en el carril derecho.

Era una trampa

El comerciante trató de pasarse al carril izquierdo para adelantarlo, pero los ocupantes de aquel vehículo lo esperaban y en ese momento se les atravesaron para bloquearle el camino.

Era un auto de placas KJT-102 robado la noche anterior en el barrio Lagos 3 de Floridablanca. Se bajaron tres delincuentes haciendo disparos al aire para intimidar a Fernando y a su esposa.

El asalto lo habrían presenciado además los conductores de dos motos que de forma casual pasaban.

Los cuatro fueron llevados con amenazas hasta una alcantarilla para amarrarlos, pero tal vez en alguna acción de resistencia Monsalve habría sido golpeado en la cabeza.

Eso lo habría dejado inconsciente, dando sus últimos respiros. A todos los ataron de manos y pies, a excepción de la mujer, a quien solo le habrían amarrado las piernas.

Luego, uno de los hampones se acercó a exigirles que se quedaran quietos en aquel hueco, sin hacer nada por una hora. “Alguien estará vigilándolos mientras tanto”, les advirtió. Solo era una treta para mantenerlos inmóviles mientras huían con el camión cargado de mercancía.

Lo vieron morir

Con angustia los testigos habrían notado las extrañas bocanadas de aire que tomaba don Fernando mientras agonizaba, sin poder auxiliarlo.

Su esposa se habría zafado de las ataduras, liberando a los motorizados para ir en busca de ayuda; pero don Fernando había fallecido.

Después, la desconsolada esposa y los motociclistas fueron trasladados a la Clínica de Girón, mientras el grupo de criminalística pasaba en sentido contrario a realizar el levantamiento.

El destino los ‘delató’.

Al tiempo, la huida de los delincuentes se complicaba. Por el barrio Nuevo Girón uno de los responsables pasó con el camión como si nada, pero los tres sujetos del Hyundai se vieron en problemas al encontrarse con un operativo de verificación de antecedentes.

Como iban en un carro robado no se detuvieron cuando las autoridades les hicieron señales. De inmediato, los agentes reportaron el hecho al CAI de Nuevo Girón para que se prepararan para interceptarlos.

Un uniformado se paró en mitad del camino cuando los vio acercándose y les apuntó con su arma de dotación. Eso habría puesto nervioso al conductor, quien en su maniobra terminó de golpe contra el muro de una cancha.

Fue suficiente para reducirlos y esposarlos, no solo por ir en un vehículo hurtado sino porque adentro tendrían una pistola y un revólver calibre 38 milímetros.

Como estaban aturdidos y con aparentes lesiones, fueron remitidos a la Clínica de Girón, donde precisamente habían ingresado sus otras víctimas.

El destino preparó todo para que fueran reconocidos por la esposa de Fernando, quien los señaló de forma directa: “¡Ellos fueron!”.

El cuarto sospechoso fue detenido junto al camión de estacas, cuando se movilizaba por la vía a Chimitá. Huía con la carga por la cual le robaron la vida a Monsalve.

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