El daño causado a los menores que sufren de abuso sexual es irreparable. Las secuelas físicas y psicológicas que dejan pueden influir en un futuro traumático y lleno de dolor.
Y es una situación aún más lamentable cuando miembros de la misma familia son los agresores.
Así ocurrió en el corregimiento El Llanito, de Barrancabermeja, donde un sujeto accedió carnalmente a sus dos hijastras, apenas unas pequeñas criaturas.
Aprovechando la cercanía y la confianza que le tenían las menores por ser parte de la familia, el tipo las sometía a múltiples vejámenes sexuales intimidándolas con hacerles daño.
Pero la justicia le cobrará su atrocidad. Dos años después de su cometido, fue capturado por el CTI de la Fiscalía y ante la evidencia en su contra, un Juez lo envió a la cárcel.
Los barramejos exigen una condena ejemplar ante estos actos repudiables.