Viajó desde el Sur de Bolívar rumbo al Puerto Petrolero para recoger el cadáver de quien un día fue su heredero lleno de sueños. No se enteró sino hasta la tarde del lunes sobre los disparos que había recibido William Fernando esa mañana.
“Estábamos muy retirados y no nos habíamos comunicado con él. Nos llegó el aviso después”, explicó mientras aguardaba ayer frente al Instituto Colombiano de Medicina Legal del ‘Puerto Petrolero’.
Esa incertidumbre le agrega indignación a su luto, pues no se explica cómo es que por ahora hablan de una descarga accidental, “si él recibió tres impactos de bala.
“Dicen que él estaba en la habitación, que un compañero estaba limpiando el arma y que se le habría disparado. Pero según entiendo, eso solo hubiera dejado salir una bala, no tres”.
Lina reclama la verdad con nombre propio y le pregunta en público al Ejército, que hasta el momento ha mantenido silencio, “por qué el soldado Beleño tuvo que atentar en contra” de William Fernando, de tan solo 19 años.
“Me le arrebató la vida a mi muchacho. Solo quiero que digan la verdad: ¿Qué fue lo que sucedió con mi hijo? Por qué lo tuvo que matar… y que se haga justicia, para que esto no quede impune”.
