Se transportaban en motocicletas, subían el sector de Morrorrico pero decidieron hacer una parada en el primer mirador de la vía que conduce hacia Cúcuta, para esperar que pasara el tráfico vehicular. Fue la oportunidad que aprovecharon los criminales para atacarlos.
Mientras Édgar y las mujeres se fumaban un cigarrillo, los sujetos estacionaron metros más adelante la moto en la que iban. Dos bajaron a pie hasta el mirador, el otro se quedó haciendo guardia, esperando el golpe para emprender la huida.
Édgar las protegió
A pesar de la penumbra, Édgar alcanzó a ver a los dos tipos que se acercaban a pasos veloces hacia ellos, sabía que los robarían. Su reacción inmediata fue coger los cascos para usarlos como defensa.
“Si se mueven se mueren”, sentenciaron apuntándoles con una pistola que llevaban. De entrada los bandidos mostraron su inclemencia.
Las mujeres les contaron a las autoridades que después de semejante amenaza les exigieron que entregaran los celulares.
“Édgar les tiraba el casco para tumbarles la pistola y al ver que nos defendía accionaron el arma”, contó una de las víctimas.
En segundos ocurrió la tragedia. El primer disparo fue errado, el segundo proyectil impactó a Édgar en el pecho haciéndolo desplomar.
No suficiente con eso, volvieron a jalar el gatillo contra Manzano Blanco, fallaron el tercer tiro, pero con el cuarto se encargaron de desatar toda su furia. Le dispararon a la cabeza.
“Se acercaron a ver si nosotras teníamos las llaves de las motos, pero luego llegó el otro ladrón en una motocicleta”.
“¡…Hey ‘chamo’ vamos que lo maté”
No se sabe si la frase usada por uno de los delincuentes tenía intenciones de despistar a las autoridades, pero las mujeres oyeron que dijo: “¡Hey chamo, vamos que lo maté!”. Luego con su compinche se subieron a una Suzuki y huyeron en sentido hacia Bucaramanga.
Aquellas mujeres solo gritaban pidiendo ayuda para Édgar, aún respiraba pero estaba muy grave.
En una patrulla lo trasladaron hasta el Hospital Universitario de Santander, HUS. Lo ingresaron de inmediato a cirugía pero no pudieron salvarlo. A las 11:45 confirmaron que había muerto.
Manzano era oriundo de Bucaramanga y dirigía una fundación de rehabilitación.
“Ese sitio es un atracadero”
La comunidad de Morrorrico asegura que solo robos y vicio se ve a diario en los miradores de la vía nacional hacia Cúcuta.
“A cada rato pasan motociclistas embalados mirando a quien robar. No hay mucha iluminación, pasar por esos lugares en cicla o moto es muy peligroso”.