El hecho se conoció el 2 de enero, el caso fue reportado a través de la línea de emergencias 123, donde se denunciaba a unos padres de familia que ocultaban a un niño que había sido quemado con pólvora el 31 de diciembre.
Los uniformados atendieron el requerimiento y se entrevistaron con los susodichos, quienes negaron el hecho.
Ante un segundo llamado a la línea de emergencias, donde el denunciante aseguraba que efectivamente en una vivienda del barrio El Reposo de Floridablanca el menor se quejaba de dolores, producto de quemaduras por pólvora, los uniformados del sector regresaron con apoyo del grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia, quienes por medio de la norma, lograron que la madre del menor de 11 años lo entregara para que se iniciara el restablecimiento de sus derechos.
El niño fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario de Santander donde fue atendido. Actualmente se encuentra estable y a la espera de ser valorado por el médico especialista.
El menor de 11 años, presenta una quemadura a la altura de su ojo izquierdo, producida por un tote que fue arrojado por otro menor con quien quemaba pólvora la noche del 31 de diciembre.
Según el Comandante de la MEBUC, Samuel Darío Bernal Rojas, es importante recalcar la prohibición de la pólvora.
«El llamado es al no uso de la pólvora bajo ninguna circunstancia y sobre todo tener comportamientos responsables de los padres de familia para que sus menores no se vean inmersos en este tipo de hechos», comentó.
El ICBF, en asocio con la comisaría de familia de Floridablanca y la policía de infancia y adolescencia, iniciaron las investigaciones correspondientes para determinar el nivel de responsabilidad de parte de los progenitores, quienes de hallarse responsables podrían exponerse hasta la pérdida de la patria potestad del menor.