El combustible pertenecía al poliducto de Ecopetrol Galán – Sebastopol en Barrancabermeja, de donde pretendían llevarlo hasta Puerto Berrío en Antioquia, con una táctica ‘submarina’.
Los delincuentes metieron el líquido en tres contenedores de plástico semisumergibles, conocidos como ‘Vikingos’, hechos de polietileno y con capacidad cada uno de hasta cinco mil galones de combustible.
Una vez el derivado del petróleo es almacenado en los ‘Vikingos’, se utilizan canoas para jalarlos a través de los afluentes hasta el punto de destino establecido por las estructuras criminales.
Sin embargo, la trayectoria de estos contenedores fue descubierta por la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural de la Policía en dicho sector de la región del Magdalena Medio.
Advierten las autoridades que este tipo de traslados ilegales pueden causar un grave daño ambiental de llegar a presentarse vertimiento de los hidrocarburos en el agua como consecuencia de una manipulación irresponsable.