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Guillermo Mosquera tuvo un ‘triste’ final en el Centro de Bucaramanga

La vida de Guillermo Mosquera Santamaría, alias ‘El Triste’, terminó sobre un andén en el Centro de Bucaramanga.

La vida de Guillermo Mosquera Santamaría alias ‘El Triste’ terminó sobre un andén de la carrera 14 con 28 en el Centro de Bucaramanga a plena luz del día y ante los ojos de decenas de habitantes de calle y comerciantes.

Le propinaron un tiro en la cabeza en el lugar que frecuentaba todos los días con sus ‘parceros’ para meterse uno que otro ‘bicho’.

Su ropa sucia y sus pies ya percudidos evidenciaban que llevaba mucho tiempo deambulando por las calles.

El vicio lo tendría jodido. Andaba en chancletas y pantaloneta. Su rostro estaba tan demacrado que su edad no se pudo determinar; pero además estaba indocumentado.

“No sabemos qué pasó. Escuchamos los disparos y después los gritos de una mujer. Dicen que venían en una moto, pero no vimos nada”, dijo uno de los comerciantes del sector, quien llegó para saber de quién se trataba.

Enseguida llegó otro hombre que intentaba reconocer a ese sujeto que se encontraba debajo de la tela verde claro. Buscaba de manera desesperada a su sobrino, quien también estaría inmerso en el ‘mundo de las drogas’ y aunque han tratado de rehabilitarlo, temen que tarde temprano o temprano termine como ‘El Triste’.

Algunas fotos que rotaron por las redes sociales, le dieron la tranquilidad de saber que no trataba de su ser querido y se marchó.

Atacaron a dos

Eran las 10:47 d de la mañana cuando ‘El Triste’ fue atacado a tiros por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta de color rojo.

El tiro que le pegaron a ‘El Triste’ fue certero. Cayó sin ninguna esperanza de vida sobre el pavimento y bajo el inclemente sol. Otro proyectil impactó a Walter Osvaldo Ramírez Tarazona alias ‘Pulver’, en la zona de la ingle. Estaba muy cerca de su ‘parcero’.

Una de las hipótesis que se maneja frente a este homicidio, estaría relacionado con ajuste de cuentas por el consumo de estupefacientes. Las autoridades ya tendrían pistas sobre los sicarios quienes fueron grabados por las cámaras de seguridad de la zona.

El parrillero iría un buzo negro y un pantalón corto, el conductor vestiría también un pantalón corto y una camisa blanca. Los dos harían parte de la olla ‘Lomas de Villas’.

Mientras la zona permanecía acordonada, una mujer que sería habitante de calle manifestaba dolor, gritaba, pero al parecer, estaba molesta porque no la dejaron pasar por esa calle. Sus movimientos y sus ojos, reflejaban un alto grado de exaltación.

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