De todos es conocida la profunda estela de violencia y muerte que dejó el conflicto armado en Barrancabermeja y la región, cuando mostró su lado más crudo entre 1996 y 2008. Sin embargo, cuando salen a la luz las cifras es cuando se dimensionan los verdaderos efectos nefastos de la guerra en el Magdalena Medio.
La Unidad de Búsqueda, que esta semana firmó en el Puerto Petrolero un pacto institucional para facilitar la búsqueda de 2.500 personas que dejó el conflicto armado hasta diciembre de 2016, hizo una dolorosa comparación de esta cifra con la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, que duró 17 años y dejó cerca de 3.000 personas muertas o desaparecidas.
“Eso es un horror que tiene que movernos a todos a que esto no vuelva a pasar”, dijo Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Personas Dadas por Desaparecidas en el conflicto armado en Colombia.
Duelo eterno
Detrás de esas cifras alarmantes de personas desaparecidas en la región hay familias, madres, hijos, hermanos, que llevan décadas buscando respuestas, queriendo hacer su duelo con todas las de la ley.
Una de ellas es María (a quien llamaremos así para reservar su identidad), quien busca a su hermano que desapareció en Puerto Berrío, en agosto de 1999 cuando tenía solo 21 años.
“Es como un rompecabezas que uno nunca puede terminar de armar. Yo tenía 11 años y él siempre me protegía y estaba pendiente porque éramos huérfanos de padre y madre. Luego que él desaparece, gracias a Dios me acoge una tía que es la que me cría”.
Luego de muchos años de búsqueda, lograron acceder a un certificado de defunción en el que se confirma que a su hermano lo asesinaron de forma violenta y que está en el cementerio de Puerto Berrío.
“No hemos podido hacer el duelo completo porque no nos han entregado restos. Cuando a él lo asesinan llegó al cementerio como NN y la gente le cambió el nombre, las fechas y por eso es tan difícil encontrarlo”.
Pero de todas las situaciones en la vida, por más difíciles que sea, nacen oportunidades y esta no fue la excepción. Hoy María integra el Círculo de Saberes en el Magdalena Medio.
“No nos queremos revictimizar sino organizarnos, decirle a la gente que busque ayuda, que denuncie y se apoye en las organizaciones. El llamado a las entidades es a agilizar los procesos con las víctimas en general, muchas personas mueren esperando una indemnización”.
