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Hay tristeza en Gámbita por la muerte de dos hombres de familia, humildes y trabajadores

Una curva peligrosa, una turbo estacionada y conducir motocicleta sin el casco puesto, fue la peor combinación para los agricultores Luis Emigdio Noguera Ochoa y César Augusto Suárez, muertos en un accidente de tránsito registrado en la vía Suaita-Vado Real.

Los agricultores salieron la tarde del martes desde Suaita con destino hacia Vado Real. Se movilizaban en una Suzuki GN color negro de placa KGV-70C que conducida por César Augusto.

Cuando iban por el kilómetro 1, sector de Puerto Limón, en una curva que es conocida por la alta accidentalidad, se encontraron con una turbo estacionada en la vía.

Fue tarde para maniobrar, porque colisionaron de manera abrupta contra el vehículo de carga.

La máquina quedó con la defensa sumida, evidencia del golpe que sufrieron los motorizados, quienes quedaron tendidos en la vía.

Una ciclista y otros conductores se detuvieron para confirmar si tenían signos vitales. Aún respiraban, había esperanza de salvarlos.

De inmediato los auxiliaron y estabilizaron. Uno de ellos fue llevado al hospital de Suaita pero falleció cuando recibía atención.

El otro ni siquiera alcanzó a llegar al centro médico. Murió cuando lo trasladaban al Hospital Regional Manuela Beltrán de El Socorro.

¿Fue culpa de quién?

“El camión estaba parqueado descargando algo, y el motociclista al parecer no alcanzó a frenar provocando el choque contra el vehículo de carga”, señaló un testigo del accidente.

Las imprudencias en las vías siguen costando vidas. En este caso, las autoridades de tránsito aún no han determinado las causas y las responsabilidades.

Algunos alegan que el vehículo de carga no debía estar estacionado en plena curva sin los conos a su alrededor para dar aviso que estaba varado o estacionado en el peor de los casos.

Otros indican que los motorizados, al parecer irían con exceso de velocidad.

Hay luto en Gámbita, Santander

César Augusto Suárez y Luis Emigdio Noguera son oriundos de Gámbita, Santander, vivían en la vereda San Vicente. Ambos crecieron allí y compartían lazos familiares; sus esposas eran primas. César trabajaba en los molinos y tenía algunas cañas sembradas. Estaba entusiasmado porque por fin iba a tener la oportunidad de construir su propia casa, el gobierno lo seleccionó como beneficiario de un subsidio. Luis Emigdio tenía dos hijos y estaba dedicado a su finca, a su ganado. Ambos eran muy estimados y admirados por ser hombres de familia, humildes y trabajadores.

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