Por aquel escenario los vecinos habrían visto deambular entre las sombras a dos sujetos, uno de ellos ya acostumbrado a la ‘jungla’ de la calle; el otro, Carlos Pico, quien tendría techo y familia pero una grave debilidad por el vicio. Ese era su punto en común.
Se encontraron en el sector de la calle 54 con carrera 2W, en vía pública del barrio Mutis, cerca del Viaducto de la Novena.
Aprovecharon que allí hay una zona boscosa inhóspita, oscura. Pues se sentaron al lado de unos árboles y empezaron a consumir alucinógenos.
Todo fue ‘normal’ hasta que uno de ellos, “Carlos Pico”, le pidió al otro que le compartiera bazuco, deseos que no satisfizo su ‘parcero’.
Negarle un ‘cachito’ fue el detonante para que se enfrascaran en una feroz riña. Sacaron cuchillos y se fueron de lances.
Pico fue más veloz. Se le abalanzó a su adversario y le asestó la hoja de su filosa arma en el pecho.
No desvariaba tanto. Vio lo que acababa de hacer; sabía que tenía que huir, corrió y dejó a su compinche de fantasías pasajeras a su suerte, mientras se desangraba, gemía y pedía ayuda.
Fue auxiliado y llevado al Hospital Universitario de Santander, HUS, pero la cuchillada fue letal, no llegó con vida.
Pico fue capturado
Las personas que se percataron del violento hecho dieron aviso a las autoridades, y en la rápida reacción varias unidades de la Policía rodearon la zona y lo capturaron. El hombre de 27 años debe responder por del delito de homicidio.