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Tres personas se quitaron la vida en menos de 24 horas

Dos hombres y una mujer atentaron contra su vida en Bucaramanga y Piedecuesta.

Tres personas se habrían cansado de luchar, de seguir viviendo y terminaron consumidas por sus desdichas. En menos de 24 horas, tomaron la nefasta decisión de acabar con su existencia, dos de ellas en Bucaramanga y una en zona rural de Piedecuesta.
El más reciente se registró ayer a las 5:00 de la mañana, en el barrio Manuela Beltrán. Un golpe seco contra el pavimento de la calle 104 carrera 11B, dejó ‘sentados a los residentes que dormían.
Se presume que sumida en una profunda crisis depresiva, María Helena Sanabria de Acevedo, de 64 años, habría saltado desde el cuarto piso donde viviría con su esposo.
Cayó sobre una teja de un piso inferior y rebotó impactando contra el asfalto. Su partida fue inevitable.
Quienes alguna vez la trataron, aseguran que era una mujer muy servicial, pero que quizá sufría ataques depresivos.

Una muerte anunciada
Caso similar ocurrió con Alfonso Santos López, de 57 años, quien habría cumplido sus amenazas el fin de semana, pues desde hacía meses manifestaba que se sentía frustrado y deprimido debido a un cáncer que padecía. Habría dicho que se quería matar. Esta vez ya no fueron solo palabras, pasó a la acción. Desesperado por la situación, habría ingerido una sustancia que le fue cortando la respiración poco a poco.
Era oriundo de Aguachica, Cesar, vivía desde hacía varios años en Piedecuesta, trabajaba en una finca en la vereda Blanquiscal del mismo municipio.
Su patrón fue quien lo halló agonizando, tendido en el establo. Sin dudarlo, lo trasladó a un centro hospitalario del ‘municipio garrotero’, pero ingresó ya sin signos vitales.

En el barrio Manuela Beltrán de Bucaramanga, María Helena Sanabria de Acevedo,se habría lanzado de un cuarto piso.

La ‘colgada en vivo’
Uno de los casos que más generó conmoción entre la comunidad, fue el de Álvaro Poveda, de 60 años, quien minutos antes poner fin a sus días se mostró feliz, contó chistes con sus amigos y hasta se tomó unos ‘tragos’. Lejos estaban de pensar que detrás de ese semblante alegre se escondía una enorme tristeza. Se ‘colgó’ dentro de su vivienda, en la calle 32 con carrera 2 occidente, del barrio Santander de Bucaramanga.
Mediante una transmisión en vivo por una red social, grabó cómo llevaría a cabo su plan. “Llegó la hora de mi vida, la hora de mi muerte. Voy a olvidarme de todos los problemas que le he causado a la humanidad”, decía en el video. Sus familiares lo habrían encontrado suspendido de un cable. Intentaron salvarlo, pero murió rumbo al centro hospitalario.

¡Vale la pena vivir!
En algunas ocasiones los problemas pueden hacer creer que la vida no tiene sentido o no vale la pena vivirla, no olvides que es posible superar este malestar y está bien buscar apoyo en otras personas; búscalo en un familiar, un amigo, tu EPS o a la línea 123 de la Policía.
“Las personas que se suicidan no se levantan de un día para otro y se suicidan. Generalmente, hay una serie de desencadenantes: llevan algún tiempo con algunos factores que les hace tomar esta decisión, luego arrepentirse y finalmente, predominan en este tipo de pensamientos que los llevan a cometer el suicidio. El encierro ha jugado un papel fundamental en toda esta problemática que vemos hoy”, manifestó Harold Durán, subdirector Científico del Hospital Psiquiátrico San Camilo.

El Observatorio de Medicina Legal explica que solo en enero 13 personas atentaron contra su vida en Santander, 8 eran hombres entre los 15 y los 74 años y 5 mujeres, entre 10 y 44 años.

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