Mientras los familiares de Jaime Alirio Jerez Sequeda, de 38 años, adelantaban las diligencias en Medicina Legal para darle cristiana sepultura, lo médicos hacían todo lo posible para salvarle la vida a un menor de 16 años.
Los dos conducían motocicletas y se estrellaron cuando transitaban por la Avenida Villa Concha, en la vía que de Guatiguará conduce a Piedecuesta.
Se habrían encontrado de frente sin siquiera alcanzar a maniobrar para evitar la fatalidad.
Jaime murió ipso facto y el chico quedó herido de gravedad, inconsciente.
Pese a la oscuridad de la zona , quienes transitaban reportaron el siniestro. Los hallaron tendidos en el pavimento.
Jeréz permanecía con sus piernas entrelazadas a su máquina roja de placa IET-65D, como aferrándose a ella para ‘no irse’, pero sus fuerzas no le alcanzaron.
Ni el casco le sirvió para protegerse de los fuertes golpes. Las dos motos quedaron destrozadas.
Se presume que Jeréz Sequeda se dirigía hacia su trabajo en una empresa avícola, donde se encontraba vinculado desde hacía algún tiempo.
Sus familiares se encontraban destrozados al ver la terrible escena.
El adolescente fue trasladado de inmediato hasta la Clínica de Piedecuesta, donde permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Jaime será recordado como un “excelente ser humano” y gran amigo.