Así lo hizo el domingo en la noche. Alrededor de las 10:30 salió de su casa, en la calle 27 con carrera 36 de Girón. El parque le quedaba a solo unos pasos.
‘Piña’ caminaba inocente de que a la orilla del río de Oro un asesino estaba al acecho.
Cuando dio la vuelta en la esquina fue el momento propicio para dispararle sin clemencia, por la espalda.
A los pocos minutos, la ráfaga levantó a todo el barrio.
“Se escucharon como cuatro fogonazos”, dijeron algunos vecinos aturdidos por el estruendo, pero en realidad fueron más. En el cuerpo de Caicedo Ariza contaron siete impactos de bala en cuello, tórax y un antebrazo.
El asesino tuvo suficiente tiempo y oportunidad para huir. Algunos testigos dicen que habría escapado por el río con dirección hacia el barrio Santa Cruz. Iba vestido con camisa color naranja y una bermuda negra.
Por aire y tierra
Varias patrullas de la Policía desplegaron un plan candado por toda la zona y desde el aire el ‘Halcón’ (el helicóptero institucional) sobrevolaba tratando de ubicar al asesino con sus cámaras térmicas para la vigilancia nocturna. Pero el hombre logró escapar, al menos por ahora.
¿Por qué lo mataron?
Los móviles del crimen aún no son claros pero, al parecer, Félix sería un expendedor de droga. Las autoridades investigan si se trataría de algún ajuste de cuentas por microtráfico.
Lo que sí es seguro es que en el barrio estimaban a ‘Piña’ o ‘Piñita’, como le decían otros. Varios habitantes comentaron que no se metía con nadie, que era buena gente, pero que “andaba con los que no era”.