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Motociclista murió en grave accidente en Provenza

El golpe que se dio en la cabeza José Burtica Lizarazo, contra la fachada de una vivienda, fue fatal. Murió de inmediato, a pesar de que iba protegido, que llevaba casco y demás.

Se movilizaba a bordo de una motociclista de alto cilindraje por la carrera 22 con calle 107
de Provenza. El exceso de velocidad sobre el pavimento húmedo habría provocado que que perdiera el control, arrollara a un peatón y saliera contra la pared.
La moto quedó sobre la vía, a unos 30 metros del conductor. El caminante, quien dio señales de vida, fue trasladado de emergencia a un centro médico de Floridablanca.

Tuvo contusión craneoencefálica leve,politraumatismos y permanece bajo observación.

Un trágico despertar
A las 6:30 de la mañana, los residentes de esa concurrida cuadra escucharon un ‘totazo’. Cuando se asomaron supieron porqué.
El motociclista iba en dirección sur-norte y quizá no se percató de Víctor Figueroa Durán, de 25 años, quien atravesaba la vía.
Por la frenada que escucharon, los vecinos presumen que el conductor de la moto intentó evitar lo que fue imposible: morir, esquivar al peatón, pero se habría resbalado sobre el ‘jabón’ en el que se convirtió el asfalto tras las lluvias.

“Salimos porque fue un golpe muy duro, pero solo
vimos al muchacho ahí tirado. No fuimos capaces de acercarnos.
“Llegaron muchas personas a auxiliarlo, pero no se atrevían a tocarlo. No alcanzamos a ver al
herido”,

comentó uno de los
residentes.


Sobre el peatón , poco se sabe, pues una vez se formó la algarabía llegó una ambulancia y lo trasladó de inmediato a un centro hospitalario.
Allá en el andén, como si durmiera, quedó José, de 29 años. A varios metros su Yamaha MT de placa XGK 05E con daños en la parte delantera y la farola.
El barrio estaba conmocionado. Solo les quedaba reportar el lamentable hecho a las autoridades.
Dirección de Tránsito de Bucaramanga permaneció en la zona por más de una hora recolectando pruebas y las versiones de los pocos testigos que había a esa hora, con el fin de establecer las causas.
José Burtica, quien viviría en el barrio Cistal Bajo- al sur de Bucaramanga- habría salido muy temprano de su casa, como todos los días, a laborar; sin embargo, el sábado en la mañana todo fue diferente, su destino ya estaba escrito.
Y ya no volverá a casa para reencontrase con su esposa y su pequeño.

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