Hacia las 8:30 de la noche del miércoles, Gerson -de 19 años- se movilizaba por el barrio Villa Rosa, al norte de Bucaramanga. Iba al mando de su máquina de placa F1173A, llevando a bordo a un amigo. Iban a comprar empanadas, pero cuando transitaban por la manzana 4 la moto dejó de responder por la falta de gasolina.
En ese instante apareció alias “Yorbin”. Gerson le pidió ayuda, le dio $5.000 para que les consiguiera gasolina y pudieran salir del encarte.
Pasaron unos minutos, “Yorbin” regresó en otra motocicleta acompañado de otro tipo.
No medió palabra, solo se le acercó, lo abrazó y lo apuñaló en el estómago.
Lo acuchilló con tanta sevicia que con esa herida fue suficiente. Lo dejó tirado sobre el andén y emprendió la huida.
Jesús Amaya estaba en su casa, en el barrio Altos del Progreso, cuando le avisaron que a su nieto Gerson Zapata lo habían apuñalado, que ya estaba muerto en el Hospital del Norte.
“El amigo con quien iba lo cargó y lo montó a un taxi. Gerson se estaba desangrando”, contó el abuelo.
Todo habría ocurrido porque Gerson le reclamó a Yorbin por el robo de una gorra, “eso pensábamos, pero no era la misma persona. El amigo nos contó bien cómo fueron las cosas, no fue por eso”, asegura Jesús.
¿Y entonces por qué lo mataron?
Los familiares de Gerson no saben las razones que lo llevaron a sufrir una muerte tan atroz.
Saben quién es “Yorbin”, un supuesto amigo que resultó su peor enemigo y su ‘verdugo’.
Las autoridades dicen que se trataría de un ‘ajuste de cuentas’ pero no entregaron más detalles. Aún están en la búsqueda del asesino. Pero nadie pasa a creer que haya sido por un reclamo.
“Zapata eterno”
En el barrio Altos de Progreso a Gerson todos lo llamaban por su primer apellido- Zapata-. Sus compinches lo recuerdan como “un pela’o de mera risa”. En redes sociales publicaron varias fotos posando y luciendo sus tatuajes. “Zapata eterno”, así lo despidieron. Algunos incluso escribieron que habían quedado en ir a piscina el fin de semana. Pero ni el paseo ni el viaje tan anhelado a España que programaba Zapata podrán cumplirse. Gerson vivía con su abuelo, su padre murió hace muchos años y su mamá se fue a trabajar al país europeo.
“Al papá lo mataron en Cañaveral cuando estaba apenas de dos añitos. Ahorita iba a salir una plata, estaba esperando los papeles y se iba para España con la mamá”, contó Jesús.