Gerson Estiven Flórez Carreño tendría sus ‘pecados’ como muchos jóvenes del norte que se dejaron influenciar por las malas amistades’, pero quienes lo conocían no se explican cuáles serían las razones que tuvo un sicario para acabar con su vida de esa manera. Le propinó cuatro disparos cuando se encontraba cerca de la cancha del barrio Altos de Betania, en el norte de Bucaramanga.
Dicen quienes lo conocieron que alias ‘Moneditas’, de 22 años, no se metía en problemas.
No era agresivo y no participaba en riñas. Por lo menos así lo recuerdan algunos de los residentes del sector, quienes aseguran que su apodo se lo había ganado, porque se la pasaba pidiéndoles monedas a los vecinos.
“Se la pasaba en la calle, pero no era malo. Era servicial siempre se ganaba sus moneditas ayudando, sirviendo a la comunidad. Metía vicio pero se la rebuscaba. Dios permita que su muerte no quede impune”, manifestó uno de los residentes de Betania.
¿Qué pasó?
‘Moneditas’ deambulaba por el sector cuando dos hombres a bordo de una motocicleta lo acorralaron y le dispararon en reiteradas oportunidades. Las balas lo impactaron en el tórax, en los brazos y un tobillo.
Aunque escuchar disparos se ha convertido en el ‘pan de cada día’ por los continuos enfrentamientos entre pandillas en el sector, esta vez el ataque sí tenía un objetivo claro: Gerson Flórez.
El caos se apoderó del lugar. Todos querían salvarlo. Lo trasladaron hasta un centro hospitalario pero murió antes de ingresar.
“A las personas que salían por las madrugadas o en las noches se ofrecía acompañarlas.
“Nos decía: yo lo cuido papá y a cambio uno le daba monedas, nos ayudaba a cargar mercado… No era malo, su error fue el vicio. No entendemos por qué a él”, comentó un conocido.
