Fueron judicializados seis integrantes del GAO Clan del Golfo sindicados de pertenecer a la subestructura “Luis Alfonso Echavarría”, a quienes les atribuyen varios crímenes ocurridos en los últimos tres años en el Magdalena Medio y Sur de Bolívar.
En las audiencias se reveló que harían parte de la red de sicarios que perpetró al ataque contra la patrulla de la Policía en Puerto Wilches en 2017, que dejó dos uniformados heridos.
Su rastro criminal
Homicidios selectivos, cobros de extorsiones, amenazas y desplazamiento forzado son otras de las barbaries perpetradas por este grupo delicuencial que tiene control territorial en esta región del país y que azota en gran proporción con microtráfico.
Líderes sociales, comerciantes y habitantes de zonas rurales sufrían las represalias de disputas por el poder del negocio de las drogas.
Rescate del cuerpo de Tobías Estévez duró 3 horas.
Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales les imputó a estas personas, según su nivel de participación, los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de homicidio, hurto agravado y porte de armas de fuego y tráfico de estupefacientes.
Cuatro fueron cobijados con medida de aseguramiento carcelaria:
Yurley Joaquín López Guisao, alias “Camilo Torres” quien estaba al mando, llevaba 13 años en la organización y era el encargado de las cuentas ‘negras’ producto del tráfico de estupefacientes.
Luis Norberto Téllez Álvarez“El Secre”, dirigía las pandillas.
Pedro Luis González, alias “Juan Pablo Montoya”; y Maiber José Hernández Atencia, alias “Maiber” o “Torito”, eran quienes ‘vacunaban’ a los microempresarios.
Los otros dos procesados, Eber Arias Camacho, alias Jesús Montes o Indio; y Wilfredo Pérez González “tercero” recibieron privación de la libertad domiciliaria. Eran los que vendían ‘polvo blanco’.