Así fue. A las 10:20 de la mañana, se detuvo en la calle 34 con 32, en el sector del Chicamocha. Ahí moriría…
Los asesinos tenían claro que Jaimes, de 44 años, hacía esa ruta, por eso lo esperaron. Jaimes acostumbrada a entrar a un lugar clandestino donde conseguía sustancias alucinógenas para saciar sus ‘ansias’.
Se pegaba su ‘viaje’ antes de ir a abrir su negocio de venta de ropa en el centro de Bucaramanga. Siempre lo acompañaba su pareja sentimental.
Después de la parada técnica, se volvieron a montar a su motocicleta BWS de placa MZK-91D. Enrique conducía.
En otra BWS blanca, los seguían los matones hasta que vieron la oportunidades de acercarse y en medio del tráfico jalaron el gatillo sin contemplación.
“Bajaban muchas motos en ese momento y no se supo quién fue. Sonaron como de cuatro o seis disparos y el hombre cayó”, manifestó un testigo.
Dos balazos impactaron a Fabián, uno en la cabeza y otro en una axila. Fueron suficientes para que cayera exánime de su moto.
Hubo estupor, caos. La congestión fue peor por la crudeza del ataque a plena luz del día en una zona de alto tráfico.
La Policía desplegó un plan de búsqueda pero los sicarios huyeron. Sin embargo, el crimen quedó registrado en cámaras seguridad. Ya estarían identificados. La pareja de Fabián aseguró que no tenía amenazas o enemigos…
