El miércoles en la noche ingresó al HIC de Piedecuesta un menor de trece años en delicado estado de salud. Recibió la atención médica especializada pero ayer en la mañana falleció. El médico no certificó su muerte porque presentaba señales de abuso sexual como hematomas y dilataciones en el ano.
La progenitora de la víctima indicó que sufría de una patología congénita llamada atrofia de vías biliares y cirrosis. Una enfermedad que ataca el hígado.
Señaló que hacía 20 días fue atendido en el Hospital de Lebrija por vómito y sangre, pero fue dado de alta a las pocas horas.
Unidades de la Sijin de la Policía realizaron el levantamiento del cuerpo y fue trasladado a Medicina Legal de Bucaramanga para inspección forense.
Las autoridades investigan la confusa muerte del menor.