Pasadas las 10:00 de la mañana del jueves, varios habitantes de los barrios Hacienda La Meseta y Aldea Baja, en Girón se agolparon en las cuadras para averiguar qué habría ocurrido, por qué un vehículo de la Sijin subía por las empinadas cuadras con dirección al recóndito y apartado barrio Aldea Alta.
Iban para la casa esquinera de la calle 30A con 35 C, donde una madre llevaba esperando horas la llegada de los agentes para que realizaran el levantamiento del cuerpo de Santiago Silva Carvajal, su único hijo.
En horas de la madrugada cuando fue a buscarlo a su cuarto, sus ojos vieron lo que ninguna madre debería ver. Su cuerpo estaba suspendido con una sábana y colgado a una viga.
Algunos familiares llegaron a acompañarla mientras esperaban la llegaba de las autoridades, ella vivía sola con Santiago.
Al rato llegaron los ‘compinches’ de Santiago. Cabizbajos y con los ojos llorosos le expresaron sus condolencias a la familia.
“No sabemos por qué hizo eso, con nosotros nunca se mostró triste o preocupado por algo. Con nosotros siempre mostraba otra cara, era alegre”, dijo uno de ellos, acongojado.
Familiares y amigos del joven de apenas 18 años, no encuentran razones que pudieran haberlo llevado a tomar tan funesta decisión.
“No tenía ningún problema, no tenía novia ni sufría por armo. Se dedicaba en las mañanas a hacer un curso de inglés y trabajaba en las tardes vendiendo repuestos de motos”.
“Anoche (miércoles), la mamá le preguntó si quería comer y él le dijo que no, que se preparaba algo de tomar y se acostó a dormir, normal, como siempre”, comentó una familiar.
