Hacía 5 meses, Elkin Ferney Ardila Cáceres había cumplido la mayoría de edad. Desde chico se caracterizó por ser amoroso con su familia, especialmente con su mamá y sus sobrinos, pero las malas amistades lo llevaron a tomar decisiones equivocadas. La más reciente le costó la vida.
Fue asesinado de un disparo en el pecho el miércoles en la mañana, en el barrio San Cristóbal del norte de Bucaramanga, cuando pretendía entregar unas herramientas que había tomado la noche anterior con otro de sus amigos a quien conocen como ‘Chocorramo’.
“Cometió muchos errores, pero no es cierto que se la pasara robando en el barrio; tampoco tenía problemas con pandillas. Tampoco tenía armas de fuego”, manifestó Cristian Ardila, su hermano, quien aseguró que su familia se encuentra destrozada por los comentarios malintencionados de algunas personas.
Le cerraron las puertas
La vida de Elkin no habría sido fácil. Antes de terminar la primaria fue expulsado del colegio debido al déficit de atención.
“Le cerraron las puertas y comenzó a tener malas amistades. “La falta de oportunidades para los jóvenes del norte es grande, hay discriminación.
“Él se la pasaba con mi mamá, pero los compinches lo buscaban. Estuvo en la correccional un tiempo y se ajuició, pero otra vez aparecieron los amigos y lo llevaron a esto” dijo el hermano.
Todos se sienten destrozados. Ayer mientras reclamaban el cuerpo para brindarle cristiana sepultura, reconocieron que Elkin ‘la embarró’, pero fue muy valiente al dar la cara y devolver lo que se habían robado.
“Mi mamá le dio el valor, pero el tipo le disparó”.
Alias ‘Mamelin’, quien habría compartido varios momentos con Elkin, sería el responsable. Las autoridades siguen en su búsqueda.
