Hubo algarabía ayer hacia el mediodía en la carrera 15 con Quebradaseca, centro de Bucaramanga. Se escuchó un disparo y un hombre cayó al andén sangrando, gimiendo de dolor.
Era Enrique quien minutos antes habría entrado a un negocio de la zona de donde se robó un taladro. Salió, corrió, pero los dueños del establecimiento salieron detrás.
En ese instante un hombre que transitaba por la calle se percató de la persecución y decidió dispararle.
Aquel impacto no solo frustró el robo sino su veloz carrera a la clandestinidad con el ‘botín’. La Policía llegó y lo trasladó a un centro hospitalario porque recibió el impacto en el costado derecho de la espalda. Por suerte no fue de gravedad, se encuentra estable, según confirmaron las autoridades. Un arma de verdad lo habría liquidado ahí mismo…