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Ofrecen $30 millones por información del asesinato del abogado Édgar Vargas en Bucaramanga

Édgar Felipe Vargas, de 30 años, había recibido amenazas tras un un caso de cobro de una letras de cambio. Un sicario le propinó ocho disparos el pasado sábado.

La Alcaldía de Bucaramanga anunció el pago de una recompensa de hasta $30 millones para dar con los responsables del asesinato del abogado Édgar Felipe Vargas, de 30 años, baleado a las afueras el Oxxo de la carrera 27 con calle 9, en el barrio La Universidad de Bucaramanga, el pasado 23 de noviembre.

Gildardo Rayo Rincón, secretario del Interior de Bucaramanga, hizo el ofrecimiento a la ciudadanía e invitó a denunciar, bajo absoluta reserva, a la línea 123 de la Policía.

“Ofrecemos una recompensa de hasta 30 millones de pesos a quien nos conduzca a identificar y posteriormente capturar a aquellos responsables de cometer hechos de afectación a la vida durante este último fin de semana”, indicó el vocero de la Alcaldía de Bucaramanga.

¿Qué móviles hay detrás?

Aunque aún la Policía y Fiscalía no han revelado los móviles detrás de este homicidio, se ha conocido que dentro de lo que se indaga está la labor que el profesional del derecho venía ejerciendo cobrando letras de cambio por un valor de 180 millones de pesos.

Édgar Felipe, según algunos de sus allegados, había recibido amenazas desde hace algunas semanas.

El pasado lunes, en el mismo sitio en el que fue asesinado, amigos y compañeros del abogado realizaron una velatón para honrar su memoria y clamar por justicia.

Así fue el homicidio del abogado

Édgar Felipe Vargas Escudero vivía con una presión entre pecho y espalda por las amenazas que le había acarreado un caso como abogado. Según allegados, había decidido guardar silencio y no alertar a sus familiares sobre el martirio que estaba sufriendo a cuenta de su profesión.

La noche del sábado 23 de noviembre quiso despejar la mente. Quedó de encontrarse con sus amigos en el Oxxo de la carrera 27 con calle 9, en el barrio La Universidad de Bucaramanga, y pasar un buen rato. Así fue. Llegó sobre las 8:00 de la noche.

En la parte exterior del establecimiento se encontró con una de sus mejores amigas. Sostuvieron una charla por varios minutos hasta que el incómodo sonido de una motocicleta interrumpió la conversación. Lo peor ocurrió segundos después. La motocicleta NKD negra, de placa DJC-50H, se estacionó a menos de dos metros del sitio en donde Édgar Felipe y su compañera departían.

El conductor, que vestía un buzo negro y un jean azul, sacó el arma y le disparó al abogado siete veces seguidas. El polarizado de su casco de protección le permitió mantener su identidad oculta. Una vez se cercioró de que su víctima agonizaba en el suelo, huyó en su motocicleta.

Sin embargo, metros más adelante, en Miradores de la UIS, tuvo que abandonarla por un problema mecánico. De acuerdo con las autoridades, el vehículo había sido reportado por hurto.

Los siete proyectiles le impactaron el tórax izquierdo y derecho, el cuello y el brazo. Su asesino no tuvo piedad y le disparó tres veces seguidas en el pecho. Las lesiones le impidieron mantenerse en pie. Su amiga, en medio del horror, lo auxilió en compañía de uniformados del cuadrante.

Lo trasladaron al Hospital Universitario de Santander. Sin embargo, en el camino, Édgar Felipe exhaló el último suspiro de agonía que le quedaba. Llegó sin signos vitales.

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