María Lidia Fontecha Morales, de 53 años, fue durante varios años estilista. Vivía sola en un apartaestudio en el barrio La Universidad de Bucaramanga. No tenía hijos ni pareja, siempre fue solitaria.
Sufría de trastornos psiquiátricos, según manifiesta su familia. Hace un año tuvo problemas de depresión y la preocupación los embargó por un fuerte episodio que atravesó, pero luego María pareció estar bien.
El martes al mediodía cuando una de sus hermanas fue a buscarla a casa y no contestó, la zozobra apareció de nuevo.
Decidió forzar la entrada y encontró una carta donde María, al parecer, especificaba con qué ropa quería que la enterraran y el testamento de sus propiedades.
La reportaron como desaparecida y luego de 24 horas confirmaron la tragedia.
Desde un hotel ubicado en el barrio Antonia Santos, centro de Bucaramanga, reportaron a las autoridades que una mujer se habría quitado la vida en una de las habitaciones.
Al llegar los agentes del CTI de la Fiscalía a la inspección técnica, hallaron el cuerpo de María y un papel con su nombre.
Sus seres queridos, quienes no comprenden las razones que la llevaron a tomar esa decisión, quedaron desolados.
“Vivía al lado de la casa de mi abuela, era soltera, nosotros la veíamos bien, no sabemos por qué lo hizo”, contó afligida una sobrina.
Acudieron a Medicina Legal para esperar respuesta a uno de los tantos cuestionamientos que los invade: cómo lo hizo.
Las primeras hipótesis indican que habría ingerido algún tipo de veneno, pero las causas de su muerte serán esclarecidas con el análisis forense de su cadáver.