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Así fue como extorsionaron y obligaron a dos hombres a quemar una moto en Lebrija

Autoridades descartaron que grupos al margen de la ley tuvieran responsabilidad en la intimidación y quema de una motocicleta de la que fueron víctimas dos hombres por ingresar a una supuesta zona prohibida en Lebrija, Santander. Se trató de una extorsión bajo la modalidad de ‘falso servicio’.

El Gaula de la Policía de Santander se pronunció frente al caso de extorsión ocurrido el pasado fin de semana en zona rural del municipio de Lebrija en el que dos hombres, por entrar a “una supuesta zona prohibida”, los amenazaron de muerte y los obligaron a quemar una motocicleta.

El mayor Luis Franco Aparicio, comandante del Gaula, aclaró que este hecho fue un caso de extorsión bajo la modalidad de ‘falso servicio’ en el que la víctima fue contactada por llamadas telefónicas bajo una promesa de empleo.

“En el caso de Lebrija sucedió que a una persona le ofrecieron un trabajo como conductor. Él, en su afán de conseguirlo, contrató a un servicio de mototaxi y al llegar a zona rural, las personas con las que hablaba por teléfono se hicieron pasar por un grupo armado al margen de la ley”, expresó el mayor.

El comandante añadió que en ningún momento los afectado fueron retenidos y todas las intimidaciones se dieron mediante llamadas de celular que les realizaban los bandidos.

“Los residentes del sector les decían que si estaban varados o tenían dificultad; las víctimas, ante el miedo de creer que estaban en una zona prohibida, no accedían a comunicarse con los locales. Fue tanta la presión en estas llamadas que, dentro de las amenazas, le pidieron al motociclista que quemara su vehículo y el conductor lastimosamente lo incineró”, reveló el mayor Aparicio.

El relato de la víctima

El pasado sábado 21 de septiembre, un vecino del barrio Porvenir, en el sur de Bucaramanga, le pidió a Andrés Martínez, un mototaxista de Bucaramanga, que lo llevara hasta la finca La Laguna, en Lebrija.

“Me dijo que lo habían contratado por Marketplace en Facebook para conducir una camioneta y que debía ir a una entrevista laboral en esa zona”, contó Martínez.

El motociclista no sospechó de ninguna situación extraña, por lo que decidió llevar al joven al sitio. En el camino, ambos recibieron indicaciones sobre cómo llegar al destino y también, por medio de WhatsApp, la ubicación del supuesto lugar de la entrevista.

Cuando llegaron a los edificios residenciales de Prados de Cataluña, se adentraron en una trocha a unos 200 metros del conjunto. Allí recibieron la llamada de un tal jefe de la zona, quien se hizo pasar por miembro del grupo de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

El miedo se apoderó de ambos. “Nosotros le explicamos que solo íbamos por trabajo, pero el hombre llegó rápidamente al lugar con un arma de nueve milímetros y nos amenazó por estar en una zona prohibida”, dijo Andrés.

El supuesto empleador no quiso intervenir en la situación, a pesar de que ellos lo llamaron para que hablara con el autodenominado líder del grupo organizado. Después siguió la extorsión. El sujeto les ordenó entregar los números de los familiares y también les solicitó los códigos de seguridad de WhatsApp para pedir la recompensa por su rescate.

A las parejas de las víctimas les pidieron una suma de $1 millón aproximadamente. Mientras que a la propietaria de la motocicleta TVS, el delincuente le solicitó $6 millones.

Ellos se dieron cuenta, por medio de una aplicación, que la moto no era mía. Buscaron los datos de la propietaria y la llamaron. Le dijeron que, si no pagaba la multa por haber ingresado a una zona no permitida, le quemaban la motocicleta y también me asesinaban a mí”, contó el mototaxista.

La mujer no se dejó extorsionar. “Ella les dijo: mátenlo y quemen la moto. No importa”, añadió el transportador informal. Así que el cabecilla de la supuesta organización criminal lo obligó a incinerar el vehículo, mientras grababa la escena y la enviaba a los contactos que había decidido extorsionar.

Sin embargo, la pareja del hombre que iba por la entrevista sí alcanzó a consignar $1 millón ante la preocupación de la amenaza de muerte.

El Gaula de la Policía de Santander confirmó a Q’hubo que ya adelanta las acciones investigativas para dar con los responsables de estos hechos. En la mayoría de las ocasiones, son personas que se encuentran privadas de la libertad en centros carcelarios del país.

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