La incautación de 30 gamos de marihuana, que fueron encaletados en la costura de la cintura de un pantalón tipo jean, fue descubierta por uniformados de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, Mebuc, en la Estación Centro.
En reiteradas ocasiones han sido descubiertos los estupefacientes dentro de la comida y los útiles de aseo que se permiten que los familiares entreguen a los privados de la libertad.
En esta última acción, la marihuana se escondió en una prenda de vestir que iba a ser entregada a una de las personas que se encuentran bajo medida de aseguramiento en el edificio policial.
El olor característico de este estupefaciente y el observar algunas alteraciones en las costuras del pantalón llamaron la atención de los uniformados que utilizando una tijera tuvieron que cortar la prenda para hallarlo.
De acuerdo con el general Henry Yesid Bello Cubides, comandante de la Policía Mebuc, el hombre que pretendía ingresar el estupefaciente oculto, fue identificado como ‘Luis’ de 28 años de edad
“En las estaciones tenemos 670 ciudadanos privados de la libertad. Nosotros permitimos que los familiares les entreguen comidas, ropa o útiles de aseo. Esto ha generado que algunos quieran suministrarles las dosis de drogas ilícitas a las personas que permanecen en nuestras estaciones. Solo que deben entender que esto es un delito que seguiremos combatiendo con la pericia y experiencia de los policías no dan tregua a la delincuencia”, señaló el oficial.
‘Luis’ deberá responder por el delito de tráfico de estupefacientes y tras ser capturado en flagrancia fue dejado a disposición de la Fiscalía para que sea presentado ante un juez de Control de Garantías que le definirá su situación judicial.
Drogas en las estaciones
Hernando Mantilla, el defensor de los derechos carcelarios, expresó que es un negocio el intento y el ingreso de estupefacientes a cárceles y estaciones de policía.
“Tiene dos formas de mirarse: una, el deseo irresponsable del interno de consumir sacrificando muchas veces la libertad de sus familiares. Eso es una enfermedad no le importa sino su deseo de consumir; y dos, hay un negocio con la venta de droga y es un negocio muy rentable. En los centros de reclusión existen los mal llamados caciques, quienes se encargan de recibir la droga y venderla”, opinó Mantilla.
Además, el defensor de los derechos carcelarios indicó que se debe continuar e incrementar los controles en las requisas y tratar con programas de rehabilitación a los privados de la libertad que tengan problemas de drogadicción.