La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena en contra del abogado y exsecretario General de la Electrificadora de Santander, Marlon Farick Rincón Aljuri, por acosar sexualmente a por lo menos dos mujeres también funcionarias de la entidad, quienes trabajaban como sus subordinadas en la estructura organizacional.
Según el alto tribunal, en múltiples ocasiones el exdirectivo, aprovechando el poder de su cargo, le tocaba las nalgas a su secretaria privada sin su consentimiento, además de usar términos desobligantes en su contra, así como hacerle sugerencias sensuales como pedirle goma de mascar que ella comía, decirle que el perfume de la funcionaria lo “excitaba” o que sostuvieran “algo”, todo esto, bajo la advertencia de que él podía despedirla sino accedía a ello.
“La trató de manera indigna diciendo que era una bruta porque no era capaz de hacer su trabajo, al paso que la tildó de loca ante sus colegas cuando dejaba ver su tristeza o temor por los hostigamientos de su superior”, concluye el fallo de la Corte Suprema.
En otro de los casos denunciados, Rincón Aljuri llegó al extremo de bajarse el pantalón en oficinas de la entidad, exhibiendo sus genitales a otra empleada, para pedirle que “le practicara sexo oral, se lo tocara o le aplicara crema para sus nacidos”. Como la funcionaria no accedió, el exdirectivo procedió a proferir improperios en su contra.
El caso llegó hasta la Corte Suprema luego de que el Juzgado Tercero Penal Municipal de Bucaramanga y el Tribunal Superior de Bucaramanga, hubieran absuelto al indiciado por supuesta falta de pruebas, “la ausencia de prueba sobre el requisito típico consistente en el abuso del poder o superioridad”, señaló el fallo inicial.
Según la defensa de Marlon Rincón, todos los señalamientos estaban enmarcados en un “espectáculo mediático”, sin embargo la justicia, en segunda instancia, no le dio la razón.
Gracias a nuevos testimonios de otras mujeres que también denunciaron haber sido acosadas por el exdirectivo y las declaraciones de su secretaria privada, la Corte Suprema condenó al exdirectivo a 30 meses (dos años y medio) de prisión, por acoso sexual en concurso homogéneo y excesivo, aprovechando su autoridad que tenía al interior de la empresa para discriminar y violentar sexualmente a las trabajadoras.
Además, fue inhabilitado para el ejercicio de derechos y funciones públicas.