Con sentimientos encontrados llegó Ana Lucia Pabón este jueves 25 de enero a la Universidad de Santander, Udes, a recibir el título de médica de su hija María Juliana Murzi Pabón, quien el 14 de agosto del año pasado falleció en un accidente de tránsito que conmocionó a Bucaramanga.
La universidad quiso rendirle un sentido homenaje póstumo a esta destacada estudiante, que dejó una profunda huella en la comunidad estudiantil y en la facultad de Ciencias Médicas y de la Salud.
“Vine de Aracua a recibir el cartón de grado de la Udes. Estuve bastante homenajeada y muy atendida, gracias a Dios. Fueron muchas las ilusiones de la niña de ser una gran doctora. No es fácil, pero acá estoy”, relató a Vanguardia la madre de la joven.
Fueron en total 84 los médicos graduados en el Auditorio Mayor de la Udes. La única que faltó a esta cita fue María Juliana, por lo que su mamá cumplió este sueño por ella.
“Mi situación sigue ahí y nunca me va a pasar, se revivieron muchas cosas entre felices y tristes porque ella se esforzó toda su vida por esto. Todos sus compañeros estuvieron presentes, menos ella”, añadió la mujer.
La Udes señaló que “la universidad reitera su solidaridad con la familia de María Juliana Murzi Pabón, recordando siempre su invaluable contribución a nuestra institución y a la sociedad en general. Su memoria perdure eternamente en nuestros corazones”.
¿En qué va el proceso?
A más de cinco meses de este accidente, Ana Lucia afirmó que sólo ha habido impunidad y aún no se ha judicializado al señalado responsable del siniestro vial.
“Desde el 19 de diciembre nos pusieron una audiencia y la aplazaron, luego quedó para el 27 de ese mismo mes y no llegaron algunas partes, por lo que volvieron a aplazarla para el 4 de enero; ese día, la fiscal estaba de vacaciones y tampoco se pudo. No se ha sabido nada, no me han entregado la moto de la niña, no me han dicho si van a darle cárcel a esta persona que ocasionó el accidente”, relató la progenitora.
La mujer añadió que a esto se suma que recientemente hubo un cambio en la fiscal que lleva el caso, por lo que espera reunirse con la nueva encargada en los próximos días y saber si hay algún avance en el proceso.
El accidente
La madrugada del lunes 14 de agosto, María Juliana Murzi Pabón se dirigía desde el barrio Cañaveral de Floridablanca hacia la Clínica Comuneros en el barrio La Aurora de Bucaramanga, donde adelantaba el último año de prácticas.
Cuando eran las 5:25 a.m., se movilizaba en su moto Kymco Auteco, color blanca, de placa RNQ-82B, por la carrera 27, en sentido sur – norte.
Al llegar a la intersección con la Avenida González Valencia, la joven de 24 años chocó con Ángelo Umbria Aguero, un domiciliario que iba en una moto Suzuki GN, color negro, de placas PPI-04E.
Al parecer, este último no hizo el pare y pasó a toda velocidad, encontrando en el trayecto a la joven estudiante de Medicina de la Universidad de Santander, Udes.
El deceso ocurrió de manera inmediata y la Dirección de Tránsito de Bucaramanga se encargó del traslado del cuerpo a Medicina Legal.
Los sueños truncados
La pronta partida de Murzi Pabón truncó muchos sueños que esta joven oriunda de la ciudad de Arauca, Arauca, tenía dentro de su proyecto de vida.
“Yo la saqué adelante a ella sola. El padre nunca respondió. Con todo mi esfuerzo, le pagué esa carrera cuando me dijo que quería estudiar medicina y quise que se viniera a Bucaramanga porque yo viví muchos años allá y era una ciudad tranquila; lejos de imaginar que todo esto iba a pasar”, dijo anteriormente la mamá a esta redacción.
María Juliana llegó a vivir a Bucaramanga en el 2017 y dentro de sus planes estaba terminar su pregrado y luego especializarse en pediatría o neonatología. Le restaban tan sólo unos pocos meses para culminar su carrera.
Su madre, con los ahorros de toda su vida producto de su trabajo, le había comprado un apartamento en Cañaveral en donde al momento del accidente estaba viviendo con unas amigas.
“Ella era una niña muy juiciosa, honrada. Sólo pensaba sacar su carrera adelante. No tenía novio, no pensaba en fiestas ni en nada de eso y me pedía permiso hasta para ir al gimnasio”, concluyó la madre, a quien le quedó otra hija de 12 años, hermana de la joven fallecida.