El abogado Benjamín Herrera acudió puntual a una cita acordada desde hacía varios días con un presunto “cliente” en La Puerta Grande de Girón. Era la 1:30 de la tarde cuando estacionó su camioneta de estacas, de placas UDS-881, detrás del monumento. Lo acompañaba Nancy Aguilar, su esposa.
Acababan de salir de almorzar de un restaurante cerca al punto de encuentro. Esperaron unos minutos y nadie aparecía, hicieron unas llamadas al supuesto contacto, pero se iban a buzón.
Herrera no lo sabía, pero sí lo estaban esperando. El sicario estaba sentado al otro lado de la calle, sigiloso, asechando y aguardando el momento para actuar.
Cuando el abogado se disponía a arrancar en el vehículo, el sujeto caminó directo hacia ellos, desenfundó su arma, se paró justo al frente de la ventana y disparó.
Cinco tiros ‘sembraron’ el pánico entre las personas que transitaban por la vía de acceso al casco antiguo.
“Yo vi cuando el pela’o se paró, sacó la pistola y les disparó, intenté perseguirlo pero uno sabe como son esos manes, después de que matan a uno no les importa bajarse a dos o tres más.
“Me fui hasta la camioneta para ver si podía hacer algo porque yo se de primeros auxilios, cuando vi, el señor aún respiraba, la esposa lo abrazaba; se despedía de él”, contó un testigo.
Tres impactos de bala recibió Benjamín en su cabeza y otro en el hombro izquierdo. Uno de los proyectiles rozó la espalda de Nancy, pero no sufrió ninguna herida de gravedad.
La cuadra fue acordonada. Un tumulto rodeó la parte trasera de la Puerta Grande. Corrió la voz, había rumores de lo ocurrido.
“Iban solo por el tipo, sino también la hubieran matado a ella”. “Eran dos en una motocicleta…” se escuchaba.
En una esquina estaban los familiares de Benjamín esperando a que llegara el CTI de la Fiscalía. Nicolás, uno de los cinco hijos de Benjamín, estaba destrozado.
No apartaba su vista de la camioneta contemplando la última imagen de su papá, vilmente asesinado. Lloraba desconsolado.
La Policía dijo que al abogado Benjamin Herrera le figuran tres procesos por los delitos de fraude procesal y falsedad ideológica en documentación privada, relacionado con la presunta venta de lotes.
Un aparente caso sería el motivo de la cita para el abogado. A través de llamadas y chats por Whatsapp, acordaron la entrega de unos supuestos documentos. El abogado nunca mencionó que fuera víctima de amenazas. Este sería un caso importante. Por medio de videos de cámara de seguridad, la Policía busca seguirles el rastro a los sicarios. Según manifestó Nancy, el sicario vestía un buzo azul, sudadera y una gorra negra. Al parecer, huyó hacia la cancha El Cocal.
“Dicen que al man lo trajeron en una moto, lo dejaron a una cuadra, caminó y se sentó aquí a esperarlo. Eso estaba planeado”, agregó el testigo.