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En sus partes íntimas, dos mujeres pretendían ingresar marihuana a la cárcel de Palogordo

Durante las visitas del fin de semana, dos mujeres fueron capturadas por guardianes del Inpec por trata de ingresar varias dosis de marihuana para los reclusos de la cárcel de Palogordo. Tras las requisas les encontraron los estupefacientes en sus partes genitales.

Dos mujeres que iban a visitar a sus familiares a la cárcel de Palogordo, ubicada en zona rural de Girón, Santander, deberán responder por el delito de tráfico de estupefacientes tras encontrárseles en su poder varios gramos de marihuana.

La primera captura fue la de una mujer que reside en Valledupar y llegó al establecimiento penitenciario a visitar a su compañero sentimental que se encuentra privado de la libertad.

Después de un registro y control adelantando con perros antinarcóticos y por mujeres guardianes del Inpec, ante una señal del perro sobre presencia de estupefacientes, la visitante decidió confesar que llevaba en sus partes íntimas un bloque de marihuana, con un peso de 580 gramos.

“Extrae de la zona de sus genitales un contenedor de forma rectangular que en su interior se halla una sustancia vegetal seca con características similares a la marihuana y se procede a su captura”, reportó el Inpec.

$!En sus partes íntimas, dos mujeres pretendían ingresar marihuana a la cárcel de Palogordo

Un segundo caso fue una mujer de Bucaramanga que después que el perro antinarcóticos diera la señal, la femenina procede, de manera voluntaria, a sacar del interior de sus partes íntimas 8 dediles de látex que en su interior también contenían marihuana, con un peso de 147 gramos.

“También procedemos a realizar la captura en flagrancia por el delito de tráfico fabricación y porte de estupefacientes”, informó el Inpec.

El defensor de los derechos carcelarios, Hernando Mantilla, opinó que estas son situaciones que se presentan a diario en los penales donde los familiares son utilizados para ingresar sustancias estupefacientes y, en especial, las mujeres en sus partes íntimas.

“Es producto de la presión que les hacen los internos a las familias llevándolas a situaciones jurídicas delicadas porque esos son delitos y tienen cárcel, más problemas para las familias. Se debe buscar la manera de crear programas serios para que los privados de la libertad no caigan o sigan en el consumo de alucinógenos, hay muchas fallas en los programas de resocialización al interior de los establecimientos carcelarios del país”, señaló Mantilla.

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