En la Clínica San Luis de Bucaramanga falleció uno de los dos menores de edad, hermanos entre sí, quienes el pasado martes 22 de agosto fueron rescatados de las aguas del Río de Oro, a la altura del barrio José Antonio Galán de Bucaramanga, tras ser arrastrados por la corriente.
La muerte de este niño de 11 años ocurrió sobre el mediodía de este jueves 31 de agosto. Durante nueve días el pequeño libró una batalla en la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, Pediátrica para permanecer con vida.
El menor de edad, de acuerdo con el parte médico entregado por la Clínica San Luis a Vanguardia hace unos días, presentó una parada cardíaca y fue intubado en el área de urgencias a su llegada al centro médico.
Tras los estudios y diversos exámenes realizados por los médicos, se diagnosticó que el niño presentaba hipoxia cerebral moderada (cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro).
Su estado de salud, desde un primer momento, siempre estuvo comprometido desde el punto de vista hemodinámico, respiratorio y neurológico, según informó la dirección médica de la Clínica San Luis. Pese a todos los esfuerzos de los galenos, finalmente se terminó registrando el deceso.
El Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, realizó en la tarde de este jueves la inspección del cadáver, que será llevado a la morgue del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
El otro menor de edad, de 8 años, se recuperó satisfactoriamente de las lesiones sufridas.
El rescate
El pasado martes 22 de agosto, el día que un fuerte aguacero generó una creciente en el Río de Oro y dejó afectaciones en varias viviendas de los barrios aledaños, dos hermanos se encontraban lavando unas chancletas a la orilla de este cuerpo hídrico, a la altura del barrio Galán de Bucaramanga.
“Estábamos al mediodía en el almuerzo de olla comunitaria aquí en el barrio, cuando escuchamos los gritos que a los niños se los llevó el río. Que supuestamente estaban lavando unas chancletas y se metieron mucho a la corriente, estaba crecido por las lluvias”, señaló un familiar de los pequeños.
La subintendente Lisseth Peña, integrante de Ponalsar, aseguró que pudieron reaccionar de manera oportuna, ya que ella y otros integrantes de la unidad se encontraban en el lugar apoyando a los damnificados de la creciente del río de Oro por las lluvias ocurridas en la madrugada de ese martes.
“Escuchamos los gritos de las personas de la comunidad y acudimos a atender la emergencia, los pequeños estaban siendo arrastrados por la corriente casi desde un kilómetro arriba y alcanzamos a ubicarlos, unas piedras los detuvieron y ahí los rescatamos”, indicó la subintendente.
Mientras iban en la ambulancia rumbo a la Clínica San Luis, a los hermanos se le hizo la reanimación y cuando llegaron al centro médico los especialistas lograron estabilizarlos.
