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‘Justicia por propia mano’ en Bucaramanga: desnudan a asaltante y le queman la ropa

Un delicado incidente, que ha sido tipificado como un nuevo caso de ‘justicia por sus propias manos’, se registró el pasado domingo, cuando varios taxistas desnudaron a un asaltante y le quemaron la ropa en plena vía. El delincuente pretendió robar a un miembro de este gremio de transporte público.

Un delicado incidente, que ha sido tipificado como un nuevo caso de ‘justicia por sus propias manos’, se registró el pasado domingo, cuando varios taxistas desnudaron a un asaltante y le quemaron la ropa en plena vía. El delincuente pretendió robar a un miembro de este gremio de transporte público.

Otro hecho de ‘justicia por propia mano’ ocurrió en Bucaramanga. La historia es la siguiente: un taxista, quien prestaba un servicio habitual de transporte en la zona centro de Bucaramanga, fue asaltado al caer la noche del pasado domingo en el sector de la calle 56, en inmediaciones del sector comercial de la Isla.

Y aunque el delincuente logró intimidarlo, al final no se salió con la suya. Al enterarse de la situación, de inmediato los miembros del gremio de taxistas procedieron a perseguir al asaltante y, en plena vía, lo encerraron y le propinaron sendos golpes; incluso le quitaron la ropa y se la quemaron. Al final, los agentes de la Policía hicieron su aparición y lograron ‘ponerle orden’ a esta situación.

Y aunque no hubo linchamiento como tal, preocupa el hecho de que siga ocurriendo este tipo de situaciones en las que, según los expertos, “se da una peligrosa combinación de factores sociales, económicos y de impunidad que están afectando a los bumangueses”.

No es la primera vez que esto ocurre en la capital santandereana. Tras la ola de inseguridad, que afecta a los vecinos de los barrios de Bucaramanga y del área metropolitana, los habitantes de algunos sectores, como los de Ciudad Norte y los que residen en la parte inferior del viaducto García Cadena, denuncian que las ‘ollas’, los jíbaros y los delincuentes “están sembrando el caos y por eso nos unimos para no dejarnos amedrentar por los hampones”.

Tales vecindarios, que se sienten desprotegidos ante estos asaltantes, están tomando sus propias medidas de precaución: unos lo hacen de la mano de los frentes de seguridad de sus barrios; y otros, por ‘su propia cuenta’. Las medidas individuales de la gente para proteger sus hogares van desde asegurarse de cerrar puertas y ventanas, instalar sistemas de seguridad adecuados y hasta mantener una buena comunicación con los vecinos.

También otras comunidades están adecuando unos singulares avisos en las fachadas de sus casas para ‘espantar a los ladrones’, advirtiéndoles que sus predios están resguardados, con el objetivo de disuadir a posibles delincuentes de entrar.

¿Qué nos está pasando?

En palabras de Julio Cesar Acelas, quien le está haciendo un seguimiento a los casos de delincuencia en el área metropolitana, es evidente que “estas cosas pasan porque hay una evidente falta de confianza en las instituciones de justicia. Esto está llevando a las personas a tomar la ley con sus propias manos, ya que creen que las autoridades no están haciendo lo suficiente para garantizar la seguridad y el cumplimiento de la ley”.

También, según explicó el experto, “en Bucaramanga y el área metropolitana hay una sensación de impunidad; es decir, está la creencia de que los delincuentes no serán castigados adecuadamente por sus acciones; esto obviamente genera frustración y llevar a la comunidad a tomar medidas extremas como las aquí planteadas”.

Julián Gómez Moreno, sociólogo, asegura que estas situaciones dejan ver clara “la falta de acceso a la justicia. En algunos barrios, la poca presencia y acceso efectivo a los servicios de justicia lleva a la gente a buscar soluciones por su cuenta, tal y como ocurrió en la noche del pasado domingo en el sector de la Isla, en donde un delincuente estuvo a punto de ser linchado”.

“Los raponazos y asaltos en Bucaramanga están generando un sentimiento de desesperación y de desamparo, lo que está llevando a la gente a tomar la justicia en sus propias manos como una forma de protegerse”, añadió Gómez Moreno.

Según él, “es fundamental destacar que la justicia por propia mano es ilegal y va en contra del Estado de Derecho. La solución a este problema pasa por fortalecer las instituciones de la Policía, mejorar el acceso a la justicia y promover una cultura de respeto a la ley y los derechos humanos. Además, es fundamental abordar las causas subyacentes de la violencia y la delincuencia para prevenir la aparición de estos casos”.

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