De acuerdo con la versión del taxista, víctima de la agresión con arma cortopunzante e intento de hurto, en la tarde del martes 15 de agosto un hombre, vestido con ropa deportiva, le hizo una parada en el barrio Kennedy al norte de Bucaramanga.
El sujeto le solicitó un servicio desde el norte de Bucaramanga hasta la sede del Atlético Bucaramanga en Barlovento, a la salida de Piedecuesta. Una carrera cuyo costo puede superar los 30 mil pesos.
Mientras iban en la larga ruta, el taxista empezó a hablar con el pasajero. El sujeto le manifestó que pertenecía a las inferiores del Atlético Bucaramanga y que iba a entrenar.
“Pues uno no sospecha que la persona que lleva como pasajero lo termine a uno atracando. Me decía que era de las inferiores del Bucaramanga y que iba a entrenar, y hasta que iba a sacar la familia adelante con el fútbol. Lo vi bien vestido, se veía ‘gomelo’ porque uno lo primero que mira en el pasajero, sobre todo en el norte, es la ‘pinta’, entonces uno no duda”, indicó la víctima.
Cuando terminó el recorrido, cerca de 30 minutos desde el norte de la ciudad hasta Piedecuesta, el sujeto dejó de ser pasajero y se convirtió en delincuente. Con un cuchillo intentó quitarle las pertenencias y el producido del día al taxista.
El conductor se defendió, pero antes de bajarse del taxi, el delincuente lo hirió en un brazo. Una lesión que, según cuenta, fue bastante profunda. Por ello fue remitido a un centro asistencial para sutura.
Mientras tanto, el sujeto, al ver que no logró su cometido, salió corriendo por una zona boscosa en el sector de Barlovento en Piedecuesta.
“Ahí hay puro ramal y se fue por ahí, por un matorral. No era ningún jugador, era un delincuente, la verdad corrí con suerte porque me intentó apuñalar en el pecho, pero puse el brazo… ya estoy mejor”, aseguró el taxista.
El conductor aseguró que no se dejó robar, pese a que llevaba el dinero recolectado durante la mañana, así como su teléfono celular.
“Nosotros queremos advertir sobre los peligros que corremos. No atracan y hasta nos matan por robarnos un celular o 100 mil o 200 mil pesos por mucho, porque más no llevamos. Nos toca es estar alerta ante tanta delincuencia”, finalizó la víctima.