A la cárcel, bajo medida de aseguramiento, fueron enviados Sigifredo Enrique Arévalo Herrera y su hijo, de igual nombre, Sigifredo Enrique Arévalo Armesto, por herir a una religiosa durante un atraco a mano armada en el casco antiguo de Floridablanca.
A estos hombres la Fiscalía les imputó los delitos de hurto calificado y agravado tentado, en concurso con fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego. Aunque no se allanaron, los relatos de testigos, videos de la cámaras de seguridad, entre otras evidencias, pesaron más para que el Juez de Control de Garantías decidiera ‘encerrarlos’.
El caso por el que se les acusa ocurrió a las 12:20 del mediodía del pasado viernes, cuando la religiosa Posidia Sandoval Abril, de 78 años, se desplazaba con una sobrina, Yenny Alexandra Sandoval Camacho, por la carrera 9 con calle 3 del casco antiguo.
Antes del ataque habían retirado 3 millones de pesos de un banco ubicado a una cuadras del lugar donde fueron heridas y habían hecho unas compras en un supermercado.
Lo que no se percataron las mujeres es que dos sujetos en una motocicleta las venían siguiendo. Cuando entraron a un establecimiento de pagos y encomiendas los delincuentes actuaron.
Los bandidos se lanzaron contra la religiosa que llevaba el dinero en un bolso negro, su sobrina al ver lo que pasaba salió en su defensa y uno de los hombres la golpeó en la cara. Tras el forcejeo y cuando la comunidad quiso reaccionar, el sujeto accionó un arma de fuego hiriendo a la religiosa. No se llevaron el dinero.
Cuando los ladrones intentaron huir, los transeúntes lograron la captura de uno de ellos: el papá, de 55 años, mientras que su hijo, de 33, salió corriendo. Cuadras más adelante fue detenido por la comunidad.
La motocicleta en la que se desplazaban fue incinerada por los enfurecidos habitantes. El arma de fuego fue incautada y, según la Policía, era traumática modificada.
Los señalados delincuentes son oriundos de Soledad, Atlántico, y eran requeridos por el delito de hurto, el hijo tenía la medida de prisión domiciliaria.
Q’hubo conoció que la religiosa de 78 años presentaba una lesión en la pantorrilla izquierda con orificio de entrada y salida, por lo que permaneció recluida en un centro médico hasta que evolucionó y fue dada de alta.