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La historia del hombre con discapacidad que se lanzó al Magdalena, en Santander

Luis Fernando Galvis es recordado por muchos en Barrancabermeja, Santander, como un hombre alegre, ‘camellador’ y que pese a las múltiples adversidades buscó la forma de salir adelante.

Por eso ayer había dolor, tristeza y desconsuelo entre los suyos al conocer la noticia de que el pasado domingo en la noche él habría tomado la fatal decisión de lanzarse a las aguas del Magdalena, justo a la altura del Paseo del Río.

“Él era un comerciante informal, se la rebuscaba vendiendo aguacaticos, era muy conocido en el sector de la 36. Los delincuentes lo habían robado varias veces”, dijo Esteban Salazar, un allegado.

Luis, conocido popularmente como ‘Nando’ y quien tenía 52 años, padecía una discapacidad física que le impedía caminar. Para desplazarse por todas las calles del Puerto Petrolero se valía de un triciclo, mismo que fue hallado abandonado en la orilla del río.

“La mamá era la que veía por él y hace unos años murió. Ella lo bañaba, lo vestía, lo rasuraba. Luis me decía que se sentía muy triste porque ya se le habían muerto cuatro amigos del alma…Se sentía deprimido, también sufría de hemorroides y no se podía hacer bien aseo”, agregó el allegado.

Anunció su partida

Horas antes de haberse lanzado al afluente, a través de las redes sociales ‘Nando’ escribió: “buenos días. Ando aburrido y me quiero morir”.

Un familiar de Luis Fernando reveló a Q’hubo que ocasiones anteriores ya, de manera desafortunada, habría intentado quitarse la vida.

“Ya varias veces había intentado, una vez con ‘mata rata’, otro día con un carro, cuando se tomaba le daban esas situaciones. No hace mucho estuvo internado en el Hospital Regional y estuvo en terapias”, explicó el familiar.

Pese a todas estas situaciones y a la ayuda que en su momento recibió por parte de los suyos, ‘Nando’ habría tomado la fatídica decisión de ‘ahogar’ sus penas en el Magdalena.

Esteban Salazar, quien más que un amigo lo consideraba un hermano, añadió que “yo también intenté quitarme la vida y él subió hasta el cuarto piso del hospital, me dijo que la vida era sagrada y que recapacitara. Era un ejemplo para mí”.

El hombre de 52 años también se la rebuscó por varios años vendiendo rifas, boletas, tuvo un puesto de dulces y hasta trabajó con la Alcaldía de Barrancabermeja en Plan de Empleo Social.

Desde el mismo momento de su desaparición se adelantaron las primeras labores de búsqueda por parte de la Armada Nacional y Bomberos Barrancabermeja, reanudándose en la mañana de ayer. La tarea no ha sido fácil por el alto nivel del río ante las fuertes lluvias.

Sus seres queridos esperan que pronto sea rescatado para brindarle cristiana sepultura… O porqué no, hallarlo con vida.

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