Él, de 45 años, residía sólo en una humilde finca llamada Lebrija, en donde se dedicaba desde hace muchos años a las labores del campo.
Todo hasta que el pasado miércoles, sobre las 3:00 p.m., por la vereda se esparció la noticia de que había sido hallado sin vida, al interior de su residencia, y su cuerpo estaba en alto en estado descomposición.
Un lugareño halló el cadáver del labriego y tras encontrar la macabra escena dio aviso a la Policía de Oiba, que no tardó en hacer presencia en el lugar.
El sitio fue acordonado mientras la Sijín adelantaba la inspección técnica al cadáver. De acuerdo con las autoridades, el occiso llevaba más de 48 horas de haber fallecido
Alberto Camacho, según información aportada por los residentes de la zona a la Policía, no tenía familiares cercanos y por eso residía en completa soledad.
Se conoció además que era oriundo del municipio de San Vicente de Chucurí.
Para esclarecer con exactitud las causas que terminaron en ocasionar la muerte del campesino, el cuerpo en descomposición fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
La única pista que entregó la comunidad es que el labriego de 45 años sufría de constantes dolores de cabeza. Ya serán las autoridades que establezcan plenamente lo ocurrido.