Sin preverlo, la muerte de Jordan Alexis Villamil, ocurrida hace un mes en Campo Madrid, fue un ‘canto de guerra’. Se desató una balacera y las pandillas tanto de ese barrio como de Betania se desafiaron a muerte por una aparente disputa de fronteras.
Pues el viernes en la noche, Johan Alexander Roso Torres de 18 años y Juan Fernando Flórez Oses, de 21, corroboraron con dolor aquella advertencia. Llegaron a las canchas de Betania etapa 12 y se suscitó una riña violenta. Intentando de ajustar cuentas, se hundieron en la tragedia.
Hacia las 8:00 de la noche, Roso y Flórez llegaron en una motocicleta, encapuchados y con la intención de infundir terror a bala.
Johan habría disparado a diestra y siniestra. En medio esa ‘lluvia’ de balas, uno de los proyectiles alcanzó a un adolescente de 17 años.
Recibió dos impactos que de inmediato lo hicieron caer agonizante.
Se desató la furia
Al ver a su ‘parcero’ así, los demás jóvenes, llenos de ira, corrieron detrás de Roso y Flórez. Los acorralaron, los golpearon y les propinaron varias puñaladas. La peor parte se la llevó Johan, quien accionó el arma.
Cuando quedaron malheridos y el tumulto se agolpó, se dispersaron para que no los capturara la Policía.
Al Hospital del Norte trasladaron al menor de 17 años, pero ingresó sin signos vitales. A Roso alcanzaron a intervenirlo quirúrgicamente, pero a los pocos minutos confirmaron su deceso.
Fernando Flórez fue apuñalado en el pecho, pero sobrevivió al ataque. Lo atendieron en el Hospital Universitario y luego fue capturado y llevado a la URI de la Fiscalía.
La mañana del sábado en Betania estuvo inquieta. Casi nadie se atrevía a asomarse por las canchas, los pocos ‘curiosos’ que merodeaban preguntando sobre la sangrienta noche, murmuraban que todo había empezado por la muerte de JordanAlexis Villamil, hace un mes en Campo Madrid a manos de alias “Kike”.
Al siguiente día del asesinato de Jordan hubo confrontación a bala y piedra en las calles de ambos barrios. Agentes del Goes tuvieron que controlar el caos. Nadie se atrevía a salir por temor de una bala perdida. Tres de los protagonistas de la gresca fueron capturados y les incautaron dos escopetas de 16 milímetros. Ya van dos muertos a causa de la rencilla que se ‘casó’ ese día entre las pandillas.