Desde el pasado martes la vida le cambió de manera drástica a Elizabeth Rodríguez, una mujer dedicada al arreglo de uñas en Barrancabermeja, casada con Leonardo Serna de oficio conductor. Producto del amor de estas dos personas tuvieron un hijo que hoy tiene 11 años.
La tragedia tocó a este hogar cuando en hechos que son materia de investigación, frente a su vivienda en el barrio Oronegro, un proyectil impactó en el cuerpo de su pequeño después que el menor saliera a sacudir un tapete en la puerta.
La bala ingresó por el abdomen afectando el intestino, la vesícula, una arteria y le salió por la espalda. El responsable, un policía adscrito al Comando del Magdalena Medio, que de acuerdo con las primeras versiones sacó su pistola y esta se le accionó rebotando el disparo en el piso y luego en la humanidad del menor.
El mismo uniformado que lo hirió se encargó de llevarlo hasta la Clínica La Magdalena donde reconoció su error y fue capturado por la Fiscalía.
“El gritaba yo lo maté, yo maté al niño. Puede ser una falla humana, pero se debe investigar, existen unos protocolos para los manejos de armas y él no los cumplió”, señaló la madre.
El caso se complicó cuando los médicos en el distrito manifestaron que tocaba remitirlo a Bucaramanga porque no había especialistas cardiovasculares en esa institución. La familia buscó el apoyo de la Policía para hacerlo en un helicóptero, pero no recibieron respuesta.
En una ambulancia fue remitido hasta la Fundación Cardiovascular. Pero si no fuera suficiente con todo lo que había pasado, el vehículo de emergencia se recalentó y duraron 20 minutos varados en la carretera.
“Esto lo hizo perder mucha sangre y esa sería una de las razones por la que perdió su pierna derecha. Debemos esperar día a día su evolución. La vida de mi hijo está en manos de Dios”.
En la mañana del viernes los médicos le practicaron una cirugía para salvarle la extremidad, pero debieron amputarla para no complicar más su salud. Sigue en delicado estado en la Unidad de Cuidados Intensivos.