El responsable de este hecho, identificado como Manuel Camacho Aguilar, el 24 de marzo pasado fue condenado a purgar 48 meses de prisión por el delito de homicidio culposo.
Para ella la justicia obró, quizás no de la forma como esperaba porque la pena es muy mínima para un daño tan grande, pero sí de otra manera.
“Yo me siento contenta con la justicia divina, se hizo justicia divina. Él publicaba en redes que se estaba dando la gran vida en Estados Unidos y me dijo que no iba a pagar por mi hija, que él no tenía por qué pagar, que muy de malas por haberse tomado ese trago. Yo sabía que mi Dios no iba a dejar las cosas así”, relató Ana Ilse.
Y es que pese a su condena ante la justicia colombiana, Manuel Camacho aún no la pagará. Él afronta una situación más compleja en materia de salud y judicial en Estados Unidos.
“El señor estaba inmerso en unas cosas de pandillas en el país norteamericano, viéndose lesionado por un tiro en la espalda, según lo que dice su abogado defensor, se encuentra en una situación de cuadriplejia”, relató otro allegado a la familia.
El homicidio
Esta tragedia, que aún llena de dolor a una familia residente del barrio María Paz, en el norte de la ciudad, inició el sábado 5 de agosto de 2017 cuando Julieth, para ese entonces de 20 años, salió de rumba con un grupo de amigos hacia la Zona Rosa.
Sobre las 4:00 a. m. del 6 de agosto, se dirigieron hasta el barrio Quinta Estrella a departir otro rato. Allí Manuel Camacho los abordó para ofrecerles un trago, que supuestamente era aguardiente. Nadie de los presentes quiso ingerir esta bebida, excepto Julieth Dayana, quien inocente tomó el trago que la condenaría a la muerte.
Tan pronto ingirió el líquido, ella se puso roja y comenzó a vomitar sangre, por lo que fue trasladada de inmediato al Hospital Universitario de Santander, HUS.
“Llegué al hospital y el médico me sentó, me dijo que no ella no iba volver a comer, que el trago que se tomó era ácido llamado soda cáustica y le estaba perforando el organismo”, recordó la madre.
Durante cinco meses la joven batalló por su vida, pero el daño estaba hecho. Tenía daños irreparables en el hígado, estómago, pulmones, intestino y otros órganos. Fue intervenida en cinco oportunidades, hasta que finalmente falleció el 2 de enero de 2018.
Investigación y captura
Desde que la joven estaba en el centro médico iniciaron las investigaciones para dar con el responsable del hecho. Pero él, según afirma la madre de la víctima, empacó maletas y se fue para Estados Unidos.
Allí estuvo hasta mayo de 2020, en plena pandemia por Covid-19, cuando fue deportado por las autoridades de los Estados Unidos y capturado a su arribo en el Aeropuerto El Dorado, en Bogotá.
En las audiencias preliminares le imputaron cargos por homicidio agravado y le dictaron medida de aseguramiento intramural. Se pudo establecer que Camacho Aguilar buscaba era que el mencionado trago fuera ingerido por otro hombre, con quien tenía problemas, pero él rechazó la bebida que fue tomada por la joven.
A Q’hubo, una fuente de la Fiscalía le confirmó que durante el proceso Manuel Camacho quedó en libertad por vencimiento de términos y retornó nuevamente a la nación norteamericana, en donde, en diciembre del año pasado fue baleado en la espalda, sufriendo una grave lesión. A hoy, continúa en su tratamiento médico, para el cual sus familiares desde las redes sociales piden donaciones económicas.
Aunque ya se produjo una condena en primera instancia por homicidio culposo, ambas partes apelaron la decisión y se espera ahora un fallo en segunda instancia. La defensa de la víctima busca que el hecho sea juzgado como un homicidio doloso y no culposo.