El viernes a las 5:20 de la mañana, Marcela hacía su recorrido habitual desde la finca donde residía -en la vereda Mata de Caña- hasta el casco urbano, a su lugar de trabajo.
Su tío, Clemente Alarcón la transportaba en su motocicleta de placa TFP-25D.
Cuando iban por la vía nacional, al parecer, un bus en exceso de velocidad los cerró y tuvieron que orillarse en una cuneta pero un tronco los hizo caer del velocípedo. Marcela se dio un golpe en la cabeza.
Debido a la gravedad de la herida, fue trasladada al Hospital Universitario de Santander, HUS, en Bucaramanga donde dictaminaron que tenía trauma craneoencefálico severo.
Desde El Playón allegados y seres queridos realizaron cadenas de oración por la pronta recuperación de Marcela. Pero por más esfuerzos que hicieron los galenos para que sobreviviera, el lunes a las 10:35 de la noche, Marcela dio su último respiro.
“Era una mujer echada pa’ lante, una berraca que luchaba por su hijo. Era muy noble y muy servicial. Su muerte causó mucha tristeza en El Playón”.
