David Eduardo Gutiérrez de 39 años y de nacionalidad venezolana, falleció luego de ser arrollado por una turbo el pasado miércoles. Al parecer, el conductor del vehículo sufrió una falla mecánica y se quedó sin frenos.
Salvarle la vida a quien era su todo, Dayana Escalona, su esposa y la madre de sus hijos, fue el último acto de amor que tuvo David Eduardo Gutiérrez, de 39 años.
Ocurrió el pasado miércoles en el sector de La Cemento, en Girón, mientras ella trotaba y él, unos metros más adelante, caminaba empujando su bicicleta. En ese instante, un camión se quedó sin frenos y se fue directo hacia ellos.
David alcanzó a percatarse y le dijo a Dayana que corriera, él se orilló hacia al barranco con su cicla, pero el conductor del vehículo pesado no pudo maniobrar a tiempo y se lo ‘llevó’.
David quedó bajo las llantas, malherido y respirando con dificultad. Ella se dio cuenta que su amor no se levantaría más y desgarró en llanto.
“En ese momento pasabamos en una moto y escuchamos el estruendo, los gritos de la señora. Nos detuvimos para calmarla, probrecita, estaba destrozada. La acompañamos hasta que llegó la ambulancia”, contó una testigo del siniestro.
A David lo trasladaron de inmediato a la Clínica Foscal pero cuando lo ingresaban a urgencias sufrió un paro cardiorrespiratorio y su vida se ‘apagó’.
Tránsito de Girón que llegó hasta la zona del accidente para hacer el croquis, confirmó que la turbo de placas SQL-202 conducida por Omar Medina Becerra, sufrió una falla mecánica y perdió el control del vehículo. No sufrió ninguna lesión pero el trauma de la tragedia que sin intención ocasionó, lo marcó de por vida.
Dejó cuatro hijos
David y Dayana Escalona llegaron hace dos años a Bucaramanga, se radicaron en Girón junto con sus cuatro hijos, todos menores de edad.
Él trabajaba en el barrio Porvenir, en Bucaramanga, empacando calzado. Le gustaba hacer deporte por eso su bicicleta era su medio de transporte.
Ese día salieron a hacer un poco de ejercicio, él ‘rodando’ y ella trotando pero un infortunio se les ‘atravesó’ en el camino.
“Él me decía corre, corre… Cuando volteé vi el camión acelerado. Para no caerles a los otros carros se montó al muro. Después vi a mi esposo debajo”, contó Dayana sumida en un llanto inconsolable mientras le daba el último adiós a quien fue su compañero de vida por más de 16 años.
