En una bóveda del Cementerio Central de Bucaramanga descansa el pequeño cuerpo del niño de dos años que el pasado 2 de febrero murió por múltiples traumas y golpes mientras se encontraba en una vivienda del barrio Morrorrico, al cuidado de su padrastro.
Tras las investigaciones adelantadas por la Policía, con el apoyo de la Fiscalía, se culpó a Orly Alexánder Gil, un ciudadano venezolano de 28 años, de su muerte y presunta violación por lo que afronta en prisión un proceso por los delitos de homicidio agravado, acceso carnal agravado y tortura agravada.
Su captura se produjo el viernes 3 de febrero en la zona centro de la ciudad donde, con sorpresa, el sujeto conoció que era señalado del reprochable caso.
El hogar del niño estaba conformado por su madre biológica, su padrastro y un hermano de cuatro años. Mientras los padres son de nacionalidad venezolana, los dos menores nacieron en Colombia.
Este fin de semana, después de 10 días de su muerte, la mamá del pequeño recibió el féretro en Medicina Legal y mediante el convenio adelantado entre la Alcaldía de Bucaramanga con la Funeraria Paulo VI, se le brindó la cristiana sepultura en el Cementerio Central de la ciudad.
El ataúd blanco recorrió unas cuantas cuadras, personas lo llevaron a pie desde la carrera 13 con calle 42, hasta el camposanto ubicado en la calle 45 con 12. Una decena de personas acompañaron la peregrinación, entre las que se encontraba la mamá.
“Estuvieron presentes sus familiares y algunos vecinos del barrio. La madre estuvo al frente del entierro. Pues por lo que conocimos de este caso, el pequeño sufrió mucho y ya se fue a descansar a su corta edad. Vimos a su progenitora bastante consternada por la muerte, era de esperar ese dolor y llanto”, señaló un testigo.
La investigación
Una fuente de la Fiscalía le confirmó a Q’hubo que otras personas del núcleo familiar del menor podrían ser vinculadas al proceso.
Ya que aún falta por esclarecer el acceso carnal que fue confirmado por Medicina Legal.
Como se recordará, la versión inicial era que se había caído por unas escaleras. Relato que nunca creyeron los médicos y después los investigadores de la Sijin y la Fiscalía.
Los detalles más estremecedores, de acuerdo con los dictámenes de Medicina Legal, eran que presentaba traumas en las uñas de sus pies al parecer provocadas con golpes con una piedra. Tenía cicatrices en la piel ocasionadas por quemaduras con un cigarrillo. También marcas de haber sido mordido por un adulto.
Algunas de estas heridas fueron recientes y otras se convirtieron en cicatrices que demostraban que desde hace meses venía sufriendo de maltratos físicos, sin que existieran denuncias.
La Fiscalía no dio a conocer los detalles de la brutal golpiza que le causó su muerte, pero el señalado responsable de este vil hecho es presuntamente su padrastro quien está en una estación de Policía, a la espera que avance su proceso para determinar qué pena se le impondrá.
Mientras, el pequeño ya descansa de tanta tortura.
