El pasado domingo a la 1:30 de la madrugada, en el corregimiento de Puente Sogamoso, de Puerto Wilches, sicarios atentaron contra Yerison Fabián Cadavid Ramírez, un joven de 21 años, que se encontraba en un puesto de venta de ‘pinchos’ en vía pública cuando dos hombres pasaron en una moto y le dispararon por la espalda.
La herida se le alojó en la médula espinal y lo mantiene sin movilidad en el Hospital Universitario de Santander. Los médicos solo le dan un 20 por ciento de probabilidades que vuelva a caminar.
Según su progenitora, doña Alba Ramírez Jaimes, una mujer que labora como funcionaria de la Defensa Civil en esa población, los delincuentes se habrían equivocado de persona, ya que su hijo no tenía amenazas y hace tres meses había terminado de prestar el servicio militar.
El día del atentado, Yerison salía de su trabajo como ayudante de construcción de una bodega. Con unos amigos se fueron en la noche del sábado a jugar billar y a una discoteca.
“Él no toma, no fuma, no tiene vicios. Salió porque le habían pagado unos días de labores y quiso compartir con su jefe y unos conocidos”, señaló doña Alba.
Solo que antes de ir a la discoteca, se cambió la ropa y se puso una camisa de rayas. La mamá ha conocido por versiones de algunas personas de Puente Sogamoso, que un joven con un físico parecido al de su hijo y que esa noche vestía igual, sí tenía algunos antecedentes y estaba en esa zona.
“Yo creo que a mi hijo me lo confundieron con ese otro muchacho. Estaba era prestando servicio y solo venía al pueblo cuando le daban permiso”.
Una vez salió de la discoteca, en el barrio Los Naranjos, y cuando ya se iba para la casa quiso comprar un ‘pincho’. En ese momento una moto se le acercó y sin mediar palabras le disparó.
“Me dice mi hijo que los de la moto lo ‘encadelillaron’ con las luces, no les vio el rostro y solo sintió el disparo”.
De inmediato, una tía que estaba cerca lo recogió y lo llevó en una moto hasta el Hospital de Puerto Wilches, por la gravedad de la herida fue remitido al Universitario de Santander.
Permanece en una Unidad de Cuidados Intensivos tras una cirugía en la que no se pudo extraer el proyectil porque se le alojó en la médula espinal. Le afecta el 80 por ciento de la movilidad en su cuerpo.
“La bala le afectó varios órganos. Es mortal moverla y esperar que con el tiempo se desplace. Toca tener mucha fe y que Dios no me lo deje así”.
Doña Alba desconoce quiénes atentaron contra su hijo. Además no ha podido poner la demanda formal contra la Fiscalía porque según su testimonio, en la seccional de Puerto Wilches, exigen que sea Yerison que lo haga de manera personal.